Celso A. Lara Figueroa
Del Collegium Musicum de
Caracas, Venezuela

Todo el arte de Schumann se arraiga en la música para piano: sus veintitrés primeras composiciones han sido escritas para este instrumento exclusivamente. Entre ellas se encuentran sus obras maestras, junto con el Concierto para piano, Opus 54. Ya en Las Mariposas, Opus 2 (1829-1831), Schumann se encontró a sí mismo; había traducido al lenguaje musical el penúltimo capítulo de la novela de Jean Paul La Edad ingrata: el baile de máscaras en el que Fult, que gracias a un disfraz había tomado los rasgos de su hermano Walt, rapta a Wina, amiga de este último.

No citamos más que el canon del Vals, 3; las Polonesas 5 y 11, la Danza alemana 8 y el eco de la Invitación al Vals de Weber, 10. Schumann continuó el camino que había elegido con su Carnaval, Opus 9 (1834-1835); así, pues, antes de la Opus 6: Escenas graciosas sobre cuatro notas; entre las piezas 8 y 9, el secreto de estas cuatro notas, ya sugerido musicalmente en “Arlequín”, es definitivamente revelado: SCHA, ASCH. ASCH (S=Es=, o bemol; S=mi bemol mayor; H=si; A=la; B=si bemol, Asch era el domicilio de Ernestina. Por otro lado, los personajes que el Carnaval nos ha hecho familiares, tales como Pierrot, Arlequín, Pantaleón, Colombina, nos los encontramos en esta fiesta de hombres y mujeres, que representarán un papel en la vida de Schumann y de los que nos traza el retrato musical: Clara Wieck (Chiarina), Ernestina von Fricken (Estrella); Schumann mismo (Eusebio y Florestán), Chopin y Paganini, estos dos últimos retratados por un hábil à la manière de.

Música de cámara
El proceso compositivo de Schumann nos muestra al artista, en un determinado período y con alguna excepción, concentrado en la creación de obras adscritas a una sola forma. Por ejemplo, hasta 1840 se dedicó como lo vimos, a la música para piano, después se ocupó intensamente de las canciones, y llegó a escribir casi un centenar y medio en el año de su boda con Clara Wieck. A partir de 1841 trabaja en la música sinfónica.

En 1842 se siente atraído por la música de cámara, de la que escribe tres cuartetos para cuerdas, un quinteto con piano y el Cuarteto con piano en mi bemol.

De las composiciones camelísticas es el Quinteto en mi bemol mayor la más importante. Históricamente tiene también su significación, porque la unión del piano con el cuarteto de cuerdas tradicional tendrá trascendencia. Musicalmente, además del interés de la línea melódica, merece destacarse el equilibrio de que hace gala el compositor en los pasajes de escritura polifónica.

Los tres cuartetos para cuerdas se sucedieron en pocas semanas. Son composiciones de un músico que ha llegado a la madurez de su pensamiento, y aunque su dominio técnico no sea de la misma potencia que el del piano, es notable en estas partituras el cuidado de Schumann para establecer los relieves individuales de los instrumentos.

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