Jóvenes por la Transparencia

post author
Ingrid Julissa De La Paz
Facebook: July De La Paz
Twitter: @JulyDeLaPaz1
LinkedIn: July De La Paz
Mail: famdelapaz5@gmail.com
Estudiante de Contaduría Pública y Auditoría / Ciencia Política con especialidad en Análisis Político

La era postpandemia ha transformado profundamente no solo aspectos económicos, de salud, educación y virtualidades, sino también el ámbito político y las formas de comunicación. Uno de los cambios más palpables y significativos ha sido el auge de las redes sociales, cuya influencia se ha dejado sentir de manera perceptible en diversas esferas de la sociedad. En este contexto, la experiencia de las elecciones en Guatemala en 2023, la primera tras la pandemia, brinda un escenario de estos cambios sociales comunicativos y de interés político que vale la pena analizar.

Hablemos del cambio social y de comunicación política, la jornada electoral del 2023 fue mucho más que una mera contienda política; fue un reflejo contundente de las metamorfosis sociales y comunicativas que están moldeando el panorama guatemalteco. Hemos pasado de los aburridos mítines políticos, en los que se repartían suvenires y se pronunciaban discursos aburridos y repetitivos, a un mundo donde la relevancia se mide en seguidores, likes, retweets y vistas. En este universo digital, la ausencia es sinónimo de invisibilidad; aquellos que no participan activamente en las redes sociales corren el riesgo de quedar relegados al olvido político. La capacidad de generar tendencias y mantener una presencia constante en redes sociales se ha convertido en el nuevo slogan de la política contemporánea.

Ahora, continuando con el cambio generacional y de interés político, este cambio experimentado es innegable. Los jóvenes nacidos después de los Acuerdos de Paz y el fin del Conflicto Armado Interno en Guatemala tienen una relación diferente con la política. A diferencia de generaciones pasadas, no cargan el mismo peso histórico en sus hombros; no vivieron en carne propia los eventos que marcaron a la nación, por lo tanto, carecen del miedo a cuestionar, investigar, fiscalizar y contradecir. Estos jóvenes, ávidos de cambio, se acercaron a las urnas con la esperanza de que las cosas fueran diferentes

Es importante añadir que las redes sociales e internet juegan un papel fundamental en este cambio de mentalidad y en el aumento del interés político. La información está al alcance de un clic, y el historial de los candidatos y sus acciones permanecen accesibles en la red. A diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes de hoy no tienen que sumergirse en periódicos o archivos históricos. Toda la información está a su disposición de manera inmediata. Esta democratización del acceso a la información brinda a la juventud una herramienta poderosa para evaluar y seleccionar a sus representantes políticos de manera más informada y crítica.

Estos cambios nos desafían a repensar nuevos enfoques y estrategias en el ámbito político, reconociendo la importancia de adaptarnos a esta nueva realidad digital y promoviendo una participación ciudadana más activa e informada.

La nueva arena política en Guatemala nos recuerda que la vida es un viaje de constante evolución, en la que cada desafío es una oportunidad para crecer y aprender. Nos invita a abrazar el cambio con valentía y determinación, reconociendo que en la encrucijada entre el pasado y el futuro yace el poder de la transformación

Que nuestra travesía en esta nueva arena política sea guiada por la sabiduría del pasado, la audacia del presente y la esperanza del mañana.

Artículo anteriorLa supervisión escolar
Artículo siguienteEl IUSI, impuesto represivo