Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El oficialismo necesita de Sandra Torres y sus diputados de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) para sellar sus pretensiones en torno al Presupuesto 2023. El Congreso ha dispuesto el 8 y 9 de noviembre como las fechas para conocerlo en segunda y tercera lectura lo que pondrá la tapa al pomo.

Y una vez logren la materialización del presupuesto la pregunta es ¿qué vendrá en el camino de bloqueo y restricción de partidos políticos y candidatos a elección popular? No es secreto que doña Sandra ha impuesto sus condiciones y no le ha dado gratis el apoyo al presidente Alejandro Giammattei y al ex jefe del Centro de Gobierno, Miguel Martínez.

Torres ya se sabe las mañas y tratará de asegurar que no la dejen silbando en la loma. Ella sabe que sus hoy aliados no son de “fiar” y sin duda alguna que reclamará hechos tangibles para asegurar que no la venderán por unas monedas.

En los últimos días ha surgido información que el pacto oficialista busca cerrar la tapa al pomo con la elección de magistrados de salas de apelaciones (SdA) y Corte Suprema de Justicia (CSJ); y es que desean dejar asegurado el futuro para tener la sartén por el mango en caso las cosas no les salen como lo piensan en el plano electoral.

Ayer unas organizaciones expresaron que les preocupan las intenciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de insistir con un “software” pues, según ellos, tal adquisición puede alterar el modelo actual. En otras palabras, están expresando “preocupación” por la pureza misma del proceso electoral.

Algunos de los actores que ahora se pronuncian, guardaron silencio cuando arrancaron los planes del Gobierno por “limpiar” el sistema de justicia de los actores incómodos y el hecho de que ahora salgan a expresar su preocupación nos debe decir mucho.

Desde el Congreso, de forma inexplicable, los diputados que se dicen de oposición guardan un silencio muy extraño. Si el silencio responde a que “calladitos” les irá mejor y los inscribirán sus cálculos están muy malos porque igual no los van a inscribir.

Mucha de la oposición en el Congreso está buscando solo cómo pueden participar, cómo pueden mantener sus reducidas diputaciones que les permitan ingresos y tener sus asesores para estar “todos contentos”. En otras palabras pretenden “sobrevivir” en un sistema que ya no da para más pero que no encuentra en los políticos que ofrecieron enfrentarlo y reformarlo, las propuestas para dar luz y la posible articulación que nos permita pensar en un futuro mejor.

Por eso es que los ciudadanos, aquellos que alejados de los radicalismos y fanatismos, deben entender que no es posible pretender transformar un país solo dependiendo de los políticos sin ejercer un rol ciudadano ejemplar con el afán de erradicar los vicios y construir lo necesario.

No debemos echar en saco roto las alarmas que ya han sonado por el proceso electoral, pues luego del Presupuesto 2023 afilarán los dientes para asegurar que VAMOS y sus partidos satélite puedan gravitar en el poder y en los negocios por 4 años más.

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