Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
He creído que las formas de este Gobierno son igual o peor que las del Partido Patriota (PP) con la diferencia que ahora se tiene plena certeza de que nadie levantará la mano para denunciar cualquier hecho que pueda poner a alguien en apuros.
Tener esa tranquilidad es lo que hace a un Gobierno y a una Alianza Oficialista “hacer chinche” el pisto de la gente que se usa como si fuera propio, ganado con el sudor de la frente, generando, pagando empleados y pagando impuestos.
El día de hoy publicamos una investigación realizada por tres periodistas de La Hora (Grecia Ortiz, Ana Lucía González y Jeanelly Vásquez) que se basa en hecho probados y resulta que el presidente Alejandro Giammattei dio la orden de contratar a un abogado que se dice especialista en defender a gente de la Lista Engel.
Si se sabe que a un gobernante en ejercicio es casi imposible que lo metan a la lista, uno debe preguntarse si el Presidente tiene temores de que a gente de su Centro de Gobierno les estén pisado los talones por alguna razón. Además hay quienes aseguran que tras el favor de la contratación, atender cosas personales del mandatario es más fácil.
Había un bufete boutique que licitó con otras firmas y cobraba por cinco casos menos de lo que el nuevo bufete cobra por un solo caso. Si fuera la empresa de Giammattei podría hacer lo que le de la gana, pero estamos hablando del dinero de los guatemaltecos y la insistencia del entonces Secretario Privado de la Presidencia habla por si sola.
Y como hacer piñata del dinero del Estado que se nutre de los impuestos que pagan los guatemaltecos, ahora dispusieron que para el año electoral 2023 tendrán todo el dinero deseado para la campaña y con eso se incrementan los temores que el oficialismo va en serio para quedarse, seguir teniendo el control y manejar todo desde el Centro de Gobierno.
“Será el Presidente que el Ingeniero quiera” dicen algunos políticos que ya saben que al no estar en el círculo del Centro de Gobierno estarán fuera de la contienda y el menú para sacarlos es variados. Desde el partido, casos que presentará el Ministerio Público (MP), los finiquitos, la “no idoneidad” de los candidatos, el bloqueo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) o la Corte de Constitucionalidad (CC), tienen para entretenerse.
Es una danza de 3 mil millones que podrán usar como se les ronque la gana y hay que recordar al pacto que hicieron en la ANAM (a base de Q23 millones) para tener a todos en el corralito, bien disciplinados. “El que quiera seguir en el poder, se tiene que alinear” es la directriz y por eso es que todos están como borregos siguiendo instrucciones porque sabe que si lo hacen el MP los protege, el TSE los inscribe y hace ganar y la CC los defiende en última instancia.
La SAT ha hecho una buena labor recaudando y los que no están pensando en cómo sacan al país adelante han visto las puertas abiertas porque con esos chorros de dinero pueden inclinar las balanzas de la impunidad a su favor.
La fiesta de millones es obscena e insultante pero mientras el guatemalteco no abra los ojos y se articule para buscar salidas, las cosa va para peor.
Giammattei necesita inventar cuentos chinos (como que lo quieren derrocar) para desviar la atención y así permitir que la orgía de corrupción siga su curso, aunque siempre contratando salvavidas de US$2 o 2.5 millones por aquello de las dudas.
