POR SAIRA RAMOS
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El lago de Amatitlán volvió a ser noticia en los últimos días, a causa de los altos niveles de contaminación. Esta vez, fue por las toneladas de basura arrastradas hacia la playa durante los primeros días de lluvia. Sin embargo, Óscar Juárez, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA), considera que esa información no es tan novedosa, ya que cada años el río Villalobos y otros afluentes que desembocan en la cuenca, traen consigo unos 64.6 millones de toneladas cúbicas de contaminantes.

«Lo que se vio el fin de semana ocurre todos los años porque entran alrededor de 45 mil metros cúbicos de basura al lago de Amatitlán», dijo el funcionario, en alusión a la contaminación que se observó recientemente en el lago y llamó la atención de los medios, pero agregó que los desechos sólidos son solo una de las muchas heridas mortales del lago.

AMSA estima que, además de la basura, desde los ríos cercanos, se escurren 1 millón y medio de metros cúbicos de sedimentos al año debido a la erosión de los suelos de la cuenca; ambas mediciones se realizan a través de un proceso llamado barimetría, una especie de mapeo del fondo del cuerpo de agua.

_TablaAdemás, al lago también ingresan poco más 63 millones de metros cúbicos anuales de agua contaminada, estimados con la ayuda de una herramienta llamada molinete, que sirve para determinar la velocidad de la corriente del agua

La polución ha dividido al lago en dos, explica Juárez: «El relleno, donde pasaba el tren hace mucho tiempo y la calidad de agua es regular, y la parte oeste, que es donde ingresa el río Villalobos y está llegando a una calidad de agua crítica. Esto es derivado a la contaminación de descargas de industrias, maquilas, rastros y algunos vecinos que tienen sus salidas de desechos directamente al lago».

LAS PLANTAS DE TRATAMIENTO OLVIDADAS

Pese a la inminente muerte del lago, nueve plantas de tratamiento, por las que en 2008 se hizo una inversión de US$16 millones, a partir de un préstamo de US$23 millones, están paralizadas, aseguró el director de AMSA.

«Al inicio de mi gestión encontré las plantas totalmente en el abandono porque las administraciones de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Partido Patriota (PP) solo ejecutaron un alto porcentaje de un préstamo en dólares, pero no invirtieron nada en la recuperación del lago, ni siquiera compraron los terrenos que servirían para un nuevo relleno sanitario y esto ha causado serios daños al lago», indicó.

El funcionario detalló algunos de sus descubrimientos: «La planta La Cerra es una laguna de detención de sólidos que hoy esta rellena de tierra. La planta San Agustín, que fue construida por el Infom -Instituto de Fomento Municipal- en 1998 está abandonada; junto a la de San Cristóbal, la vamos a recuperar. La Planta Villa Lobos II nunca la pusieron a funcionar, es propiedad de Udevipo -Unidad de Desarrollo de Vivienda Popular- y lo lamentable es que la invadieron».

LOS RESPONSABLES

Para el director de AMSA, se divide a los responsables de la contaminación del lago entre directos e indirectos, es decir, desde los que contaminan los ríos y el lago, hasta el Congreso que tiene 20 años discutiendo una ley de aguas sin ningún avance.

«Responsables aquí hay un montón porque las administraciones han pasado y no han tomado conciencia. Prueba de ello es que no todas las municipalidades tienen reglamento aprobado del manejo de desechos sólidos, siendo una obligación», indicó.

«A las municipalidades les dieron prórroga de dos años más para implementar el Acuerdo Gubernativo 236-2006 -que regula y establece obligaciones sobre las descargas y el reúso de aguas residuales- y ellos no tienen la responsabilidad directa porque el cumplimiento no les ha llegado, pero sí a las industrias. Entonces, vemos que en el Congreso está la ley de aguas y de desechos sólidos que podría ayudar a sancionar la contaminación, pero que está parada», explicó Juárez.

SIN ACUERDO, NO HAY PLAN

Paralelamente a la creación de AMSA, en 1996, entró en vigencia el Plan de Manejo Integrado de la Cuenca y del lago de Amatitlán y su mecanismo de Coordinación Interinstitucional para la Rehabilitación del Ecosistema (Plandeamat), el cual delinea las políticas que deben seguirse para mitigar la contaminación.

Desde ese entonces no existió voluntad política para cumplir con el proyecto, de forma que la crisis ambiental no solo empeoró, sino que se convirtió en una justificación para la corrupción.

En octubre de 2015, luego de la revelación de una estructura criminal liderada por la exvicepresidenta Roxana Baldetti y su hermano, Mario Baldetti, para estafar al Estado a través de un plan de saneamiento del lago de Amatitlán, AMSA relanzó el Plandeamat.

Sin embargo, ya pasaron seis meses desde la actualización del proyecto, para la cual se invirtieron Q4 millones, y el Ejecutivo todavía no lo hizo oficial con un acuerdo gubernativo.

Alejandro Maldonado Aguirre y Juan Alberto Fuentes Soria, quienes encabezaron el Gobierno de transición el año pasado, tras la renuncia del entonces presidente Otto Pérez Molina, expresaron, en ese entonces, su voluntad de dar luz verde al plan, pero lo dejaron como una tarea pendiente para el actual mandatario, Jimmy Morales.

Si el Ejecutivo no oficializa el plan no habrá claridad de las acciones a tomar para mitigar los riesgos de contaminación, lo que podría causar que en un futuro próximo Amatitlán deje de ser lago y se convierta en una laguna, advierte Juárez.

El Plandeamat tendría que implementarse de mano con la concientización de los vecinos de la Cuenca para evitar más contaminación.

«Para revertir ese efecto lo que tendrá que hacerse es no seguir contaminando al lago. La contaminación solida es fácil de resolver y para ello se requiere que todos los ciudadanos paguen por el servicio de recolección de basura para evitar que estos se vayan a los afluentes. Para la contaminación hídrica habría que bajarle la carga contaminante y esto puede lograrse con el compromiso industrial, ya que la mayoría de estas empresas tiran sus desechos líquidos al lago sin descontaminarlos», añadió el funcionario.

Además, el proyecto propone delegar a las municipalidades la responsabilidad de la administración del relleno sanitario ubicado en las cercanías del lago, el cual tiene un ingreso promedio de un mil 200 toneladas cubicas diarias de basura y una vida útil de tres años.

El relleno debe cerrarse en 2019, explica Juárez, por lo que la Municipalidad de Villa Nueva pretende comprar un terreno de 20 manzanas para instalar el nuevo vertedero, cuyo valor se estima en Q13.4 millones.

¿QUÉ HARÁ AMSA?

Según indicó Juárez, AMSA está discutiendo con las municipalidades involucradas la posibilidad de imponer una cuota de aproximadamente Q25 a los particulares para la administración de desechos, tras la construcción del nuevo relleno sanitario. El impuesto podría incorporarse a la factura de luz y sería la empresa distribuidora de este servicio la encargada de trasladarlo a los gobiernos locales.

Otro objetivo es recuperar seis plantas de tratamiento para descontaminar hasta en 50 por ciento el río Villalobos, que conecta los 13 ríos de la cuenca del lago. La meta es lograrlo para 2018 con un presupuesto de Q6 millones.

El director de la Autoridad del Lago señaló que actualmente se realizan monitoreos a las industrias que contaminan la cuenca y se espera, en el futuro, crear equipos multidisciplinarios que trabajen con empresas y vecinos para que implementen procesos de saneamiento de las aguas residuales o paguen por ello.

El principal obstáculo para la implementación de nuevos proyectos es el presupuesto, ya que este año AMSA solo tiene Q25 millones para funcionar, la asignación más baja desde 2008, cuando recibieron Q35 millones, indicó Juárez.

PROCESO ESTANCADO

La Procuraduría General de la Nación continúa la batalla legal para recuperar los Q22.8 millones pagados a la empresa M. Tarcic Engineering Ltd. por la compra de 23 mil litros de «agua mágica» para el saneamiento del lago de Amatitlán.

Actualmente, el proceso está estancado debido a un amparo en la Corte de Constitucionalidad interpuesto por la empresa aseguradora del contrato.

En tanto, la exvicepresidenta Roxana Baldetti, su hermano Mario Baldetti, y ocho personas más, implicadas en el fraude, están a la espera de la etapa intermedia del caso en su contra, en la que se determinará si deben enfrentar juicio por los señalamientos del Ministerio Público.

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