Por Carlos Dorat/dpa
Santiago de Chile

Mientras la derecha seguía celebrando el rotundo triunfo de Sebastián Piñera en las elecciones presidenciales de ayer en Chile, el oficialismo buscaba hoy explicaciones por la derrota de su candidato Alejandro Guillier.

Los resultados oficiales arrojaron que Piñera obtuvo en segunda vuelta un 54.57 por ciento de los sufragios y se impuso a Guillier, con 45.43 por ciento, por más de nueve puntos porcentuales, una diferencia de 635 mil 671 votos.

Ni el más optimista de los vencedores ni el más pesimista de los derrotados imaginaba hasta ayer una victoria tan maciza de la derecha, que superó así todas las expectativas. Incluso, analistas locales proyectaban un resultado tan estrecho que señalaban que cualquiera podía ganar.

«Vamos a promover el diálogo y la convergencia de todos los actores progresistas, porque nos parece que la atomización, sobre todo cuando varias candidaturas compitieron en primera vuelta, tuvo impacto en el resultado final», explicaba hoy la derrota el senador socialista Álvaro Elizalde, coordinador general del comando de Guillier.

El dirigente, que también preside el Partido Socialista (PS), la formación de Bachelet, recordaba así las seis candidaturas de izquierda y de centro que compitieron en noviembre su pase a segunda ronda.

Varios dirigentes responsabilizaban también de la debacle al izquierdista Frente Amplio (FA), el nuevo bloque compuesto por 14 partidos y movimientos que sorprendió en la primera vuelta al obtener un 20 por ciento y que declinó, salvo algunos de sus dirigentes, apoyar explícitamente a Guillier, el abanderado de la oficialista Nueva Mayoría, integrado entre otros por demócratas cristianos, socialdemócratas y comunistas.

«Van a haber varios ‘nuevomayoristas’ que tratarán de encontrar en el Frente Amplio una excusa a su fracaso», dijo el diputado Gabriel Boric, del Movimiento Autonomista.

«Queda claro que no bastaba el ‘anti-Piñera’ para convocar a una mayoría. Guillier no se comprometió con transformaciones profundas y este es el resultado. La principal responsabilidad de su derrota es de quienes lideraron la campaña», sentenció el joven parlamentario.

Desde el Gobierno, su vocera Paula Narváez, que reconocía la “enorme, importante, contundente” derrota electoral de la centroizquierda, señalaba hoy que el Ejecutivo se la jugó por agenda política progresista.

«Muchas de la banderas de las importantes reformas de la presidenta Bachelet fueron asumidas también en las últimas semanas por el candidato y hoy día presidente electo Sebastián Piñera», subrayó Narváez.

Piñera, un acaudalado empresario de 68 años, que ya gobernó entre 2010 y 2014, prometió durante la campaña reactivar la economía, que a su juicio está estancada, crear 600 mil empleos de calidad y aumentar los sueldos, así como revisar las emblemáticas reformas tributarias, educacionales y laborales del Gobierno de Bachelet, entre otras.

El presidente electo asumirá su segundo mandato el 11 de marzo de 2018.

 

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