La policía se cobija durante una operación antipandillas en Puerto Príncipe, Haití, el viernes 1 de marzo de 2024. Foto La Hora / AP - Odelyn Joseph

La policía en Haití pidió ayuda urgente el sábado por la noche mientras trataba de repeler a pandillas que asaltaban la principal prisión del país, en una gran escalada de la violencia que asola la nación caribeña.

“Necesitan ayuda”, dijo un sindicato que representa a la policía haitiana en un mensaje publicado en redes sociales, que incluía el emoji “SOS” repetido ocho veces. “Movilicemos al ejército y a la policía para impedir que los bandidos irrumpan en la prisión”.

 

Un agente dijo a The Associated Press que las pandillas habían sobrepasado a las fuerzas de seguridad pero todavía no controlaban el penal, donde había varios líderes pandilleros encarcelados. El agente habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para informar a los medios.

Los enfrentamientos armados seguían a una serie de protestas violentas que llevaban creciendo un tiempo pero se volvieron mortales en los últimos días, mientras el primer ministro, Ariel Henry, viajaba a Kenia en un intento de reavivar una propuesta de misión de seguridad a Haití que iba a dirigir el país del este africano con apoyo de Naciones Unidas.

Henry asumió el puesto tras el asesinato en 2021 del presidente Jovenel Moïse, y ha retrasado varias veces los planes de celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales, que no se celebran desde hace casi una década.

En ataques coordinados, cuatro policías murieron el jueves en la capital cuando hombres armados dispararon contra objetivos como el aeropuerto internacional de Haití. Los pandilleros también tomaron el control de dos comisarías, lo que hizo que los civiles huyeran en pánico y forzó el cierre de escuelas y negocios.

El penal atacado es conocido por su extrema superpoblación y sus condiciones insalubres. Entre sus reos más destacados hay varios líderes de pandillas y 18 exmilitares colombianos acusados del asesinato de Moïse.

Como resultado de la violencia en el aeropuerto, la embajada estadounidense en Puerto Príncipe dijo que suspendería temporalmente todos los viajes oficiales a Haití.

La Policía Nacional de Haití tiene unos 9.000 agentes en un país de más de 11 millones de habitantes, según Naciones Unidas. Los agentes suelen verse sobrepasados en número y potencia de fuego por poderosas pandillas, que estima controlan hasta el 80% de Puerto Príncipe.

 

Jimmy Chérizier, un expolicía de élite conocido como Barbecue que ahora dirige una alianza de pandillas, se atribuyó la responsabilidad de la oleada de ataques. Dijo que su objetivo era capturar al jefe de policía de Haití y a ministros del gobierno, así como impedir el regreso de Henry.

El primer ministro, un neurocirujano, ha rechazado las peticiones de que renuncie y no hizo comentarios cuando se le preguntó si creía que era seguro regresar a su país.

El mandatario firmó el viernes una serie de acuerdos de reciprocidad con el presidente de Kenia, William Ruto, para tratar de salvar el plan para desplegar a agentes de la policía keniana en Haití. Un alto tribunal del país africano dictaminó en enero que esa movilización era inconstitucional, en parte porque el pacto original carecía de acuerdos bilaterales.

La violencia ha complicado los esfuerzos de estabilizar Haití y allanar el camino a las elecciones. Líderes caribeños dijeron el miércoles que Henry había aceptado programar una votación para mediados de 2025, una fecha lejana que probablemente enojaría más a los rivales de Henry.

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