Manifestantes marchan en contra de la realización de la semana del EuroPride. Foto: La Hora / AP

Miles de opositores a un evento LGBTQ europeo planeado para la próxima semana en Belgrado marcharon el domingo por la capital serbia a pesar de que el gobierno ya prohibió ese desfile, el encuentro gay anual más grande de Europa.

 

En la marcha, convocada por la Iglesia Ortodoxa serbia y encabezada por sus clérigos, se corearon consignas contra Occidente. Muchos de los participantes sostenían banderas rusas y retratos del presidente ruso Vladimir Putin.

Después de la manifestación, el patriarca serbio Porfirio oró en el templo de San Sava en Belgrado, donde dijo que las “fuerzas del mal” quieren “profanar la pureza de la familia al imponer uniones antinaturales y anti-Dios como sustituto del matrimonio y la familia”.

Los organizadores del EuroPride —que incluye una semana de eventos y un desfile del Orgullo Gay en Belgrado el 17 de septiembre— han dicho que ignorarán la prohibición policial y realizarán las festividades LGBTQ.

La Asociación Europea de Organizadores del Orgullo eligió la capital de Serbia hace tres años para ser sede del evento anual, con la esperanza de que esto representara un avance importante para un país eslavo que es tradicionalmente conservador y está bajo fuerte influencia de la Iglesia Ortodoxa.

Serbia desea formar parte de la Unión Europea, pero lleva años acercándose a la órbita política de Rusia. El país balcánico votó a favor de las resoluciones de las Naciones Unidas que condenan la invasión rusa a Ucrania, pero se negó a sumarse a las sanciones occidentales contra Moscú.

El presidente serbio Aleksandar Vucic, que anunció la prohibición, dijo que la policía no podría hacer frente a posibles disturbios de grupos de derecha contra la marcha gay en un momento de crisis por la independencia de Kosovo y dificultades energéticas debido a la guerra en Ucrania.

 

Grupos activistas serbios por los derechos humanos han instado a sus simpatizantes a unirse a la marcha del Orgullo como parte de la lucha por la democracia que, según dicen, está amenazada por el régimen autocrático de Vucic.

Varios funcionarios de la UE han dicho que participarán en los eventos LGBTQ. El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, es uno de los que han pedido al gobierno serbio que anule la prohibición.

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