Dos personas esperan en el aeropuerto OR Tambo de Johannesburgo, Sudáfrica, el 26 de noviembre de 2021. Foto: La Hora/AP

Mientras el mundo se enfrenta a la aparición de una nueva variante del coronavirus altamente transmisible, los preocupados científicos de Sudáfrica, donde se identificó por primera vez la ómicron, tratan de combatir su fulgurante propagación por el país.

En apenas dos semanas, la variante ómicron ha hecho que Sudáfrica deje atrás un periodo de baja transmisión para pasar a otro de rápido aumento de los nuevos casos confirmados. Las cifras en el país siguen siendo relativamente bajas, con 2.828 nuevas infecciones reportadas el viernes, pero la velocidad con la que la nueva variante contagia a los más jóvenes ha alarmado a los profesionales de la salud.

“Estamos viendo un marcado cambio en el perfil demográfico de los pacientes con COVID-19”, afirmó Rudo Mathivha, directora de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Baragwanath de Soweto, en una conferencia de prensa online.

 

“Los jóvenes, desde los 20 años y hasta casi los 40, vienen con un cuadro de moderado a grave, y algunos necesitan cuidados intensivos. Alrededor del 65% no están vacunados y de los demás, la mayoría tienen solo una dosis», agregó Mathivha. “Me preocupa que a medida que aumenten esas cifras los centros de salud públicos se desborden».

La doctora pidió preparativos urgentes para que los hospitales públicos afronten la posible llegada masiva de pacientes que necesiten entrar a la UCI.

“Sabemos que tenemos una nueva variante», afirmó. “El peor escenario es que nos afecte como la delta (…) necesitamos tener listas las camas de cuidados intensivos».

Lo que parecía ser un brote entre universitarios en Pretoria derivó en cientos de nuevos casos primero, y luego miles, en la capital y más tarde en la cercana Johannesburgo, la ciudad más grande de Sudáfrica.

Al estudiar los contagios, los científicos identificaron una nueva variante que, según las pruebas diagnósticas, podría ser la responsable de hasta el 90% de los nuevos casos, dijeron las autoridades sanitarias sudafricanas. Los primeros estudios muestran que tiene una tasa de reproducción de 2, lo que significa que cada persona que lo contraiga podría infectar a su vez a otras dos.

La nueva variante tienen un alto número de mutaciones que parecen hacerla más contagiosa y le ayudan a evitar las respuestas inmunitarias. La Organización Mundial de la Salud examinó los datos el viernes y la bautizó como ómicron — empleando una letra del alfabeto griego — , calificándola de variante preocupante y altamente transmisible.

 

“Es una gran preocupación. Todos estamos terriblemente preocupados por este virus», dijo el prfesor Willem Hanekom, director del Instituto de Investigación de Salud de África, a The Associated Press.

“Esta variante se encuentra principalmente en la provincia de Gauteng, la zona de Johannesburgo. Pero tenemos pistas de las pruebas diagnósticas (…) que sugieren que esta variante está ya en toda Sudáfrica», apuntó Hanekom, que también es copresidente del Consorcio de Investigación de la Variante Sudafricana del COVID-19.

“La reacción científica en Sudáfrica es que necesitamos saber todo lo que podamos lo antes posible. Sabemos muy poco», añadió. “Por ejemplo, no sabemos cómo de virulento es este virus o cuán grave es la enfermedad que causa”.

Un factor clave es la vacunación. La nueva variante parece que se extiende mucho más rápido entre los no vacunados. Actualmente, apenas un 40% de los sudafricanos han completado la pauta de vacunación, y la cifra es mucho menor en el grupo de edad de 20 a 40 años.

Sudáfrica tiene cerca de 20 millones de dosis de vacunas — desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Johnson & Johnson — pero administra unas 120.000 al día, muy por debajo del objetivo gubernamental de 300.000.

Mientras los científicos tratan de saber más sobre ómicron, la población puede tomar medidas para protegerse, añadió Hanekom.

 

“Esta es una ocasión única. Todavía hay tiempo para que la gente que no se haya vacunado salga a vacunarse, y esto le dará cierta protección, creemos, contra esta infección, especialmente protección contra la infección grave, la enfermedad grave y la muerte», apuntó. “Así que le pido a la gente que se vacune si puede”.

Algunos sudafricanos tienen preocupaciones más mundanas sobre la nueva variante.

“Hemos visto un aumento del COVID-19 así que me preocupan más restricciones», dijo Tebogo Letlapa, en Daveyton, en el este de Johannesburgo. “Estoy especialmente preocupado porque suspendan la venta de alcohol porque es casi la época de fiestas».

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