En la foto, Blanca Stalling y Silvia Valdés arriba, abajo los cinco magistrados titulares del TSE.
En la foto, Blanca Stalling y Silvia Valdés arriba, abajo los cinco magistrados titulares del TSE. Diseño: Alejandro Ramírez

Avanza a pasos agigantados el proyecto para descarrilar el proceso democrático en Guatemala y el trámite a los antejuicios contra los magistrados del Tribunal Supremo Electoral y el Vicepresidente son una muestra de cómo marchan las cosas y la diligente manera que utilizan para alcanzar sus fines. Unas pocas horas en Guatemala, hablando con actores de diferentes grupos de la sociedad, permitió rápidamente a una delegación del Cyrus R. Vance Center for International Justice (Centro Vance para la Justicia Internacional), advertir que ven en grave riesgo la democracia en el país y advierten de los efectos que las maniobras pueden tener.

No es sorpresa la forma en que se van dando los acontecimientos porque todo está concatenado y coincide con lo que se ha conocido del plan para anular las elecciones y elegir en el Congreso a un Presidente interino que, por supuesto, responda a los intereses de quienes gobiernan y de todos los que han sido artífices de la cooptación más brutal que se ha dado en el Estado, tal y como se había previsto, el proceso penal en contra de quienes conforman el TSE es pieza clave de todo el plan porque de su avance depende que se lancen directamente a la anulación de las elecciones, alegando irregularidades que pueden fundamentarse en la documentación electoral que ha permanecido durante varias semanas sin custodia en manos de la FECI.

El presidente electo tendrá reuniones en Washington y la Organización de Estados Americanos programó ya una reunión urgente para analizar los últimos acontecimientos relacionados con la elección en Guatemala, pero toda la acción y preocupación internacional no tiene el menor efecto en cuanto al desarrollo de los planes que se vienen ejecutando al pie de la letra. El punto medular de todo el plan es procesar penalmente a quienes dirigieron y supervisaron el proceso electoral y por ello el antejuicio constituye un elemento crucial y así como la Corte Suprema de Justicia ya le dio trámite, lo mismo hará sin duda el Congreso donde ya sabemos cómo se cocinan las cosas.

No se trata de especulaciones ni de antojadizas ideas propagadas por los medios de comunicación sino de realidades básicas y elementales que vienen a comprobar de manera más que fehaciente las advertencias que se han venido dando respecto al tormentoso futuro inmediato que nos espera. La forma en que se ha procedido elimina la necesaria transparencia de cualquier proceso y no hay forma de dar credibilidad a las sindicaciones producto de esa pérdida de la cadena de custodia de la documentación electoral.

Se acerca la hora decisiva para la democracia y la ciudadanía tiene que estar atenta.

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