Mario Alberto Carrera

marioalbertocarrera@gmail.com

Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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Las encuestas recientemente realizadas en este país de montañas y relatos mágicos –aunque no de Thomas Mann, sino más cercanos a los oscuros engendros de Kafka– nos señalan algo verdaderamente insólito en el territorio antiguamente primaveral: el umbral húmedo, tibio y agridulce de un casi seguro ¿matriarcado? ¿Ginecocracia? ¿O tal vez la dictadura de las beligerantes Amazonas?

Lo que sí que es cierto y objetivo es que las tres féminas que compiten por el solio máximo –o fruto codiciado del guayabal– ocupan en tales mediciones y pulsiones populares ¡los tres primeros lugares!, y los subsiguientes y últimos sitios del concurso y futura elección, un troupe de medio jubilados señores –porque después de los 40 ninguno podemos presumir de juventud que se acaba para la mayoría a partir de tal edad– en la que comienza una supuesta madurez que habría que demostrar –en una prueba o test– ante una corporación de psicólogos.

En resumen y axioma: el próximo Presidente de la República será una mujer y no un hombre. Y quizá con ello estaremos ingresando así a una era más bien de “feminocracia”, término que aún no existe en el Diccionario y que yo lo invento. Al fin y al cabo soy miembro correspondiente de la Real Academia Española, que ya nos permite decir un “putogobierno”, pues ha habilitado oficialmente tal prefijo para el sustantivo, adjetivo o adverbio que queramos. Supongo que pronto dará de alta al prefijo puta (no hay que ser sexista al revés) para poder decir sin inmutarnos: ¡soy tan desgraciado porque vivo en esta “putarepública”! Y digo todo esto de pasada, porque viene al caso en torno al tema que estoy tratando, que es el de un más que posible futuro matriarcado en Guatekafka, encabezado (en las encuestas) por estas candidatas presidenciales: Thelma Aldana, Zury Ríos y Sandra Torres. Las coloco en el orden de mi preferencia y no de las encuestas.

Con el hecho contundente y avasallador de que los señores han quedado a la cola de las mediciones electorales, ciertos valores milenarios pueden caer por tierra y son candidatos a ser sepultados para siempre por un régimen futuro acaso “feminocrático” que termine con el modelo que pontifica que el hombre es más fuerte, más inteligente, más valiente, más responsable, más creador, más racional y más guerrero que la mujer, axiología sostenida por un machismo muy vigente en el país, que se deriva de la entronización del macho colonial y encomendero que somete al ladino y al indio pero sobre todo a la ladina y a la indígena; seres ignorantes de cabellos largos e ideas cortas como predicaba misógino, encantador e ingenuo mi querido Schopenhauer, que nunca se casó ni tuvo hijos como lo hacen con gran sabiduría los colosales filósofos, porque la familia aliena, castra y anula la creación. ¡Bien lo sé yo!, tan paradojal en todo.

Pero, ¿cambiará el modelo milenario-patriarcal por el hecho de que cambie el sexo del “personaje” que asuma en 2020 el solio guayabal? ¿Mutarán las formas y los modos de producción y el concepto de propiedad privada que establece nuestra vieja y capitalista Constitución? ¿Se promoverá la igualdad de género que exigen los ODS y los ODM porque el Presidente sea Presidenta? ¿Será aprobada la Ley de Desarrollo Rural Integral o se anularán las reformas que se pretenden hacer a la Ley de Reconciliación Nacional y se pondrá en vigor una Ley del Agua porque el género se alterne en la Presidencia?

Por el momento no me atrevería a prenunciar que tales cosas y hechos ponderables y encomiables se podrían concretar. Desconozco el plan de gobierno de las tres señoras mencionadas. Pero lo que sí puedo afirman contumaz es que el modelo machista y patriarcal seguirá vigente en tanto no cambien las ideologías filosóficas y políticas de los partidos en contienda de los que, por el momento, sólo conocemos vagas teorías.

Continuaré el lunes.

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