Roxy Barahona es una mujer casada, con cinco hijos, a la que la inspira la labor de las personas religiosas y sacerdotes que velan por el bien común; revolucionaria desde pequeña. Su padre fue una persona muy fundamental en su vida para desarrollar su formación humana y ser lo que es hoy en día.
Roxy compartió con LH Nosotras dónde nació su interés por su profesión y querer apoyar a las mujeres en Guatemala, siempre en busca de un mejor país.
NO OLVIDAR DE DÓNDE VENIMOS
“Nacida y crecida en una casa sencilla de zona 6”, así describe sus orígenes Roxy con mucho orgullo, un lugar que le generó una gran cantidad de aprendizajes y alegrías, conforme iba creciendo con una figura paterna tan importante como su papá y mamá.
“Yo nunca olvido mi historia de vida, mi papá fue un gran trabajador, y creo que no podemos olvidar nuestra historia, de dónde venimos, por eso yo siempre puedo decir que en mi infancia fui feliz”, expresó.
Su madre también jugó un rol fundamental en su vida al ser quien cuido de ella y sus cinco hermanos, siempre se dedicó a la ardua tarea de cuidarlos y a su casa.
Por su parte, la conexión entre ella y su padre y lo que él le hablaba la han hecho ser quien es hoy en día, también de esta relación nace el interés de Roxy por su profesión.
CONCIENCIA
Recuerda que desde pequeña a su padre siempre le molestaba que las personas jóvenes y de escasos recursos estuvieran trabajando en lugar de estudiar o siquiera tener la posibilidad de una comida digna.
Por ello, agregó: “Todo eso fue creciendo en mi mente y formando mi conciencia, y parte de ello, es por lo que decidí seguir la profesión de Trabajadora Social y Profesora en Teología (…) cuando entré a la Universidad de San Carlos de Guatemala ahí terminó de nacer mi conciencia”.
Su deseo siempre fue formarse como profesional, con buscar una Guatemala en donde los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, acceso a servicios básicos, y que impere la justicia y paz, por eso su camino esta enfocado en ello.
Su padre le decía: “En la cuna más humilde puede nacer un héroe, y del cuerpo más deforme el alma más bella”, una frase que recuerda al pie de la letra hasta el día de hoy y que sin duda ha guiado su camino con mucho ímpetu.
“Cuando era pequeña me decía que nadie podría humillarme, que las palabras podrían defenderme y eso me quedo muy grabado en la memoria, y de todas las hijas soy la más revolucionaria”, comentó entre risas.
UN SUCESO QUE MARCÓ SU VIDA
Si bien Roxy había estudiado una profesión enfocada en ayudar a los demás, una disciplina que promueve el cambio para bien y bienestar colectivo e integración de los individuos, una experiencia que marcó el trayecto de su vida fue cuando su hermana tuvo que huir del país luego de una persecución política en su contra.
“No recibí apoyo de donde pensé que podría haberlo recibido, y desde mi profesión como trabajadora social y católica comprometida ayudé a mi hermana”, mencionó.
Este suceso impulsó aún más a Roxy de querer apoyar a las mujeres; para ella es importante que las mujeres sean conscientes de que tienen derechos humanos en general, apelar a los mismos y que la violencia económica y psicológica hacia la mujer existe y hay que hacerlo ver.
“A mi me da mucha satisfacción poder apoyar a las mujeres, actualmente prestó mis servicios ad honorem y acompaño procesos de mujeres que han sido violentadas, con psicólogos y abogados, porque soy una persona a la que no le gusta quedarse callada ante este tipo de situaciones, y que sueña con un mejor país”, recalcó.
DEJAR SEMRADA UNA SEMILLA
Actualmente Roxy también trabaja en proyectos que la acercan a comunidades del país, una experiencia muy provechosa para ella, ya que le ha permitido acercarse a lugares y personas que le han aportado más a ella y dejado enseñanzas de vida.
“Cuando se dan oportunidades de acompañar a mujeres o asociaciones que velan por el bien común, me trato de unir para dar el mejor esfuerzo. Y un día aunque yo no esté, espero haber dejado sembrada un poco la semilla, aunque sea pequeña, de que las mujeres tienen que darse a respetar, conocer sus derechos, apoyar a las personas con limitaciones, pensar en el bien común y seguir soñando con una mejor Guatemala”, finalizó Roxy con una sonrisa.
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