Aura Sucuc, es una mujer alegre y feliz por la nueva oportunidad de vida que recibió hace unos años. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez.
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Aura Sucuc, es una mujer alegre y feliz por la nueva oportunidad de vida que recibió hace unos años. Esta nueva perspectiva que le dio la vida la incentivó a querer ayudar y convertir a su comunidad en un pueblo inclusivo para las personas sordas, lo cual hace por medio de clases y un programa televisivo.

Aura, originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, compartió con LH Nosotras cómo su vida tuvo un giro en 2017, con muchas pruebas y retos, que también resurgieron como una oportunidad para iniciar de nuevo.

 

INDESCRIPTIBLE

Un martes de 2017 cuando Aura se encontraba en su trabajo comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, un doctor particular le dijo que tenía una migraña severa, sin embargo, el malestar empeoró con el pasar de los días y luego de pasar por algunos otros médicos cuando llegó al Seguro Social le informaron que había tenido un derrame cerebral.

“No era fácil lo que yo estaba pasando en ese momento, a raíz del diagnóstico me trasladaron a la emergencia para que me dijeran si necesitaba operación. Cuando llegué el médico que me iba a atender no estaba y solo me dieron medicamentos y me inyectaron, luego de una semana por fin logré comer”, relató.

Para este punto Aura había perdido la movilidad del lado derecho del cuerpo, en el hospital le realizaron terapias, días después fue dada de alta.

La vida de Aura tuvo un giro en 2017. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez.

ENTRE MÉDICOS Y MEDICAMENTOS

A pesar de haber salido del hospital su situación médica no parecía mejorar, continuó asistiendo a médicos privados y del sector público, con varias recetas de medicamentos diferentes, «en un ir y venir que parecía nunca acabar», señala.

Aura se desempeñaba en ese entonces en el Ministerio de Educación en una escuela presupuestada, el Seguro Social solamente la había suspendido 10 días por lo que tuvo que regresar a su trabajo; sus papás eran quienes se encargaban de llevarla y ayudarla a caminar, ya que ella sola no podía hacerlo.

Pese a su situación de salud el supervisor del área le levantó acta por falta a sus labores, y fue relevada de su puesto de trabajo.

 

UN MILAGRO

Para marzo de 2017 volvió a asistir al Seguro Social para programar una cita que le fue dada hasta octubre y noviembre, con un neurólogo y neurocirujano, respectivamente.

“Mis papás dijeron que no podía esperar citas tan largas y entonces volvimos con el médico privado que me estuvo viendo e íbamos a resonancias cada 15 días, por el medicamento y que me estuviera chequeando, para mayo yo ya podía caminar sola y en línea recta”, narró Aura.

Cuando se acercó octubre y la fecha de su cita médica en el Seguro Social asistió y llevó todas las resonancias que había estado realizándose durante los meses anteriores, recuerda que lo primero que el especialista le dijo sorprendido fue “bueno usted aquí es un milagro, así le voy a decir, porque viene hablando y caminando sola, eso no pasa, a usted le dieron una nueva vida, vívala y disfrute”.

La neurocirujana un mes después también le dijo que su caso había sido algo excepcional; se realizó otros exámenes y en la última resonancia su cabeza ya estaba totalmente limpia.

Cuando Aura escuchó las palabras de los médicos, las lágrimas recorrieron sus mejillas, en ese momento no sabía qué decir, la impresión se apoderó de su cuerpo junto con la piel chinita, y la única palabra que pudo esbozar fue ‘gracias’.

 

ESCUELA Y PUEBLO INCLUSIVO

La situación laboral de Aura no se había resuelto del todo, en 2019 ella continuaba dando clases en la escuela, y comenzó a implementar una escuela inclusiva para personas sordas con niños de párvulos y preparatoria.

 

“Fueron seis meses, cantábamos en lengua de señas, a los padres de familia les gustó, pero ese año me dijeron que tenía que entregar la escuela e irme, yo no quería pelear porque no me quería volver a enfermar», relató Aura.

Ella continuó formándose en el lenguaje de señas, y para 2020 a sugerencia de una persona comenzó lo que era un “pueblo inclusivo” con este lenguaje, buscó gente que necesitara y logró juntar un grupo para impartir clases, además de tener la ayuda de un comité.

Aura implementó una escuela inclusiva para personas sordas con niños de párvulos y preparatoria. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez.

UN PROGRAMA INCLUYENTE

En 2021 se le presentó la oportunidad de realizar un programa en televisión local sobre lengua de señas. Capacitó a algunas amigas en este lenguaje para que fueran su apoyo en el mismo, y luego le dieron un grupo de personas diabéticas para que trabajara con ellas e hiciera un programa de tv sobre mejorar la vida comiendo sanamente.

 

“Este año junté a los dos grupos con el fin de hacer un pueblo inclusivo porque trabajamos con personas sordas, tanto con personas diabéticas por problemas auditivos, como también enfocándonos en salud. Entonces tenemos 15 minutos de lenguaje de señas, charla con un profesional de salud, otros 15 minutos de señas y es así como San Juan Comalapa es el primer municipio inclusivo en lengua de señas a nivel departamental”, afirmó con una sonrisa Aura.

AGRADECIMIENTO

Para Aura iniciar esta labor en su pueblo se ha convertido en algo impactante y una forma de agradecimiento por lo que ha vivido, añadió, “yo viví un derrame, pero a través de eso yo aprendí a valorar más la vida, entonces tener a gente y ayudarla me satisface y llena”.

Aura es originaria de Chimaltenango, es una de las personas más apreciadas y reconocidas por el pueblo, comenzó a estudiar lengua de señas, ya que le llamaba la atención las manos con los gestos porque ella prácticamente en un punto perdió la movilidad de un lado de su cuerpo, y comunicarse de esta manera representa una nueva oportunidad para ella, para quienes las rodean y necesitan.

Para Aura iniciar esta labor en su pueblo se ha convertido en algo impactante y una forma de agradecimiento por lo que ha vivido. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez.

 

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María José Aresti
Comunicadora de la Universidad Rafael Landívar. Entusiasta del fútbol y el cine, narro historias y temas de no ficción. Creo en la importancia de generar espacios públicos para compartir contenidos de valor que aporten a la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
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