Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar: una empleada relata su experiencia

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En 1988 la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores del Hogar (CONLATRAHO) proclamó el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar; en dicho momento se discutieron muchos asuntos sobre todo la discriminación que sufren las personas que se dedican a este trabajo, la falta de leyes que les amparan, el establecimiento de un pago digno y el derecho a la protección social por parte de los estados.

 

SITUACIÓN EN GUATEMALA

Los puntos mencionados siguen siendo una realidad para quienes se dedican a este trabajo en Guatemala, de acuerdo con un informe elaborado por Human Rights Watch quienes realizan labores domésticas en su mayoría son mujeres y niñas que no gozan de protección conforme a la ley.

El Código de Trabajo excluye a los empleados domésticos del disfrute de derechos laborales fundamentales; no cuentan con el derecho a la jornada de ocho horas, a la semana laboral de cuarenta y ocho horas, sus descansos se limitan a los días festivos y un día semanal, en su mayoría no disfrutan de derecho a la atención sanitaria dentro del sistema nacional de seguridad social e inclusive no tienen derecho a cobrar el salario mínimo.

Las personas que se dedican a este trabajo a menudo sufren discriminación. Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora.

Desde 2016 se encuentra engavetada para tercera lectura y entrar en vigor en el Congreso de la República la iniciativa 4981 que busca rectificar el trabajo decente para quienes realizan trabajo doméstico por medio del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

LA REALIDAD DE MUCHAS EXPLICADA POR UNA

Aura, trabajadora del hogar relató para LH Nosotras su experiencia realizando dicha labor.

Aura es originaria de Carchá, Cobán, desde hace poco más de ocho años comenzó a desempeñar la labor de empleada doméstica, “me dejaron con dos hijos y muchas veces no tenía que darles de comer, por esa necesidad decidí viajar hasta la capital sola en busca de trabajo”.

CONDICIONES DESFAVORABLES

Este no ha sido un empleo donde ella haya encontrado situación laboral favorable, explica que desde el primer lugar en donde trabajó la han explotado, gritado y discriminado de diversas formas.

A lo largo de estos casi 8 años Aura ha pasado por 6 casas, todas sus contrataciones han sido solo por palabra, y le ha tocado vivir tratos desfavorables hacia su persona como: descuento de pagos injustificados, pagos atrasados, horarios de trabajo de casi 12 horas diarias, insultos por parte de los miembros del hogar, sus horarios de comida se limitaban a un máximo de 10 minutos y no solía comer lo mismo que sus jefes.

 

A esto se le sumaba que le era prohibido usar el teléfono hasta las 10 de la noche, debido a esto ella solía pasar meses sin poder contactarse con sus hijos en Cobán.

SUS TAREAS Y REPERCUSIONES FÍSICAS

Aura explica que sus tareas variaban dependiendo en cada casa, sin embargo, había muchas similares: hacer la limpieza de todo el lugar, cocinar, planchar ropa, cuidar bebés o niños ya un poco más mayores, sacar a pasear perros, recoger y limpiar las necesidades de la mascota, y esto era algo que tenía que hacer todos los días.

Llegó un punto donde esto inclusive afectó su nivel y salud física, ya que comenzó con dolores de espalda, cabeza, piernas y náuseas, fue en ese momento donde ella se dio cuenta que no podía seguir así y decidió dejar el trabajo.

Quienes realizan labores domésticas en su mayoría son mujeres y niñas que no gozan de protección conforme a la ley, según un informe de HRW. Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora.

UN DESPIDO, AGRESIÓN FÍSICA Y PANDEMIA

Aura tiene tres anécdotas muy presentes en su vida que le hicieron darse cuenta del mal trato y discriminación que sufren quienes realizan este trabajo, la primera fue cuando en una ocasión su hijo se enfermó, por lo que ella pidió permiso en el hogar donde trabajaba para irse una semana a Carchá.

Cumplidos esos siete días, su hijo no había mejorado, por lo que llamó a su patrona, en ese entonces, y le pidió tres días más, en esa plática y por medio de teléfono la señora de la casa la despidió diciéndole “decile a tu hermano que pase por tus cosas”; Aura nunca recibió el pago de su liquidación y tampoco los días que laboró en ese mes.

 

La segunda se dio en el lugar donde duró seis años, y sucedió cuando el “patrón” de la casa donde laboraba la quiso agarrar a la fuerza, situación que se repitió tres veces, hasta que en la última Aura le dijo “si me vas a atacar voy a gritar y le diré a tu esposa”.

“Eso lo asustó y fue en ese momento cuando decidí irme, yo tengo necesidad, pero no iba a permitir que abusaran de mí, sin embargo, él fue quien se terminó yendo de la casa y me quedé sola con la mamá y los hijos, he de reconocer que en ese momento me quedé más tranquila”, admite.

Y recalca que esta es otra forma de cómo se aprovechan de las empleadas domésticas.

 

La última es la más reciente, y es que durante los primeros meses de la pandemia del COVID-19 en el país, ella se encontraba trabajando en un hogar en la capital, por lo que con las restricciones no pudo regresar a su hogar en Cobán por varios meses.

Fueron ocho meses en donde revela que trabajó los siete días de las semanas por más de ocho horas diarias, hasta que se cansó y decidió irse para regresar a su pueblo natal, ver a sus hijos y a su mamá.

Foto Ilustrativa. Las condiciones de este trabajo en el país no son las mejores. Foto: La Hora/AP/Fernando Vergara.

MÁS OPORTUNIDADES

Para Aura las condiciones de este trabajo en el país no son las mejores, manifiesta que las mujeres necesitan tener más oportunidades, ayuda y respeto para salir adelante porque son quienes reciben discriminación constantemente.

“Es importante que las autoridades hagan algo para apoyar a las empleadas del hogar, y sobre todo porque en su mayoría somos mujeres y madres solteras”, menciona.

 

“CONOCER MIS DERECHOS”

En 2015 Aura se unió a la Asociación de Trabajadoras del Hogar, a Domicilio y de Maquila (ATRAHDOM), con esto ellas le han ayudado para saber cuáles son sus derechos, aprender diversas cosas nuevas e inclusive a lograr detectar la discriminación.

Inclusive ahora se dedica a apoyar, e informar a compañeras que atraviesan por malos tratos, y también le ha servido para conocer y formar una red de colegas mujeres.

Desde hace tres meses Aura se encuentra sin trabajo y en busca de empleo, reconoce que ha recibido varias llamadas para ofrecerle uno, sin embargo, los sueldos que le ofrecen no pasan de los mil quinientos quetzales.

Es trabajo de todas las partes involucradas valorizar y ejercer esta labor de la mejor manera. Diseño: Alejandro Ramírez/La Hora.

ACCIONES PARA VALORIZAR EL TRABAJO

Para Aura lo más importante es que las personas valoricen la labor que realizan las trabajadoras del hogar y que reconozcan que quienes las llevan a cabo son seres humanos, no un tipo de máquina.

Por su parte Maritza Velásquez, Coordinadora General de ATRAHDOM, explica que una acción en concreto para valorar este trabajo es que el Congreso retome la iniciativa 4981.

“Esta iniciativa vendría a regularizar el trabajo doméstico, para hacerlo más justo y digno con relación a la jornada, salario, seguridad social, pago de prestaciones, vendría a dignificar a la clase trabajadora en el servicio doméstico”, explica Velásquez.

Otra acción crucial es que los mismos empleadores valoricen a las trabajadoras, en dignificar ese trabajo que les han ofrendado durante años o de reciente ingreso, pero que tiene una valoración muy grande.

Foto Ilustrativa. El Código de Trabajo excluye a los empleados domésticos del disfrute de derechos laborales fundamentales. Foto: La Hora/Martín Mejía/AP.

Velásquez finaliza manifestando que “mientras no se reconozca ese valor que da la trabajadora, por ejemplo, a prestar ella su fuerza laboral para que un profesional salga al mercado de trabajo hay que valorarlo, y las trabajadoras del hogar también deben auto valorarse, conocer sus derechos y no permitir diversos atropellos porque estar enteradas significa estar empoderadas”.

Por último, Aura agrega: “Desde mi espacio y experiencia me gustaría seguir ayudando a muchas mujeres para que no nos sigan discriminando y explotando”.

Hay que recalcar que como todo trabajo es una relación entre ambas partes, por ende, es imprescindible que los dos lados cooperen, ejerzan sus acciones con honestidad y mantengan una continua comunicación, la realidad es que como con todo en la vida cada realidad es diferente, y es trabajo de todas las partes involucradas valorizar y ejercer esta labor de la mejor manera.