El reto para madres e hijos es grande pero no imposible. Foto La Hora
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 POR MARGARITA GIRÓN

jgiron@lahora.com.gt

Debido a la pandemia del COVID-19, que derivó en el cierre prolongado de las escuelas, un desafío para los alumnos, docentes y padres ha sido incorporarse para un sistema de educación híbrida.

Un estudio realizado recientemente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), detalla que, muchos países están planificando la reapertura de las escuelas de América Latina y el Caribe (ALC), y las medidas de distanciamiento social hacen muy probable que el aprendizaje a distancia siga siendo parte de nuestro cotidiano, por lo menos de forma parcial.

Además, destacan que, las fuertes restricciones de distanciamiento necesarias para la reapertura, junto con la necesidad de reducir en aproximadamente un 30% el número de alumnos por aula, hacen de los modelos de “educación híbrida” una posible solución.

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¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN HÍBRIDA?

Según el BID, la educación híbrida combina la educación presencial y remota a través de distintos medios como plataformas de aprendizaje en línea, televisión o radio. Sin embargo, los expertos señalan que se requiere más que solamente distribuir tareas entre una modalidad y la otra.

Otro aspecto que destacan es que, se requiere repensar la educación y desarrollar modelos de enseñanza y aprendizaje que capturen la atención y el interés de los estudiantes por aprender de maneras diferentes en cada una de estas modalidades.

“Las distintas tecnologías deberán usarse como una herramienta para acelerar los aprendizajes más que como un simple canal para transmitir contenido. Con menos tiempo en las escuelas, es primordial que se priorice el desarrollo de las habilidades de colaboración entre los estudiantes, tanto en el componente presencial como en el remoto”, explica el estudio.

Foto ilustrativa. Los padres y alumnos deberán adaptarse a una nueva realidad. Foto La Hora/AP/Archivo

¿QUÉ PASARÁ EN GUATEMALA?

En Guatemala, el Ministerio de Educación (Mineduc), publicó el Acuerdo Ministerial 2762-2020 en el que se incluye la normativa que regirá el sistema educativo nacional durante la pandemia del covid-19.

Según detallaron, para el ciclo escolar 2021 se trabajará por medio de un modelo híbrido o mixto acorde al contexto guatemalteco, en atención a lo establecido por el Sistema de Alerta Sanitaria para la emergencia covid-19 del Ministerio de Salud Pública, con la asesoría de la Coprecovid.

En Guatemala, distintas plataformas que servían como herramienta en diferentes instituciones educativas; no obstante, durante la pandemia, su uso se convirtió en el centro de operación, principalmente de centros educativos privados.

Para el ciclo 2021, la implementación de paquetes didácticos que impliquen nuevas plataformas de aprendizaje y la adquisición de accesos, significará un proceso de adaptación tanto en la rutina como en el presupuesto de las familias guatemaltecas con niños en edad escolar.

¿ES ALGO NUEVO?

De acuerdo con el BID, el modelo en sí no lo es. En educación superior se ofrecen desde hace tiempo grados semipresenciales, generalmente estructurados con una primera parte del programa en línea y una segunda parte en persona, o viceversa.

Asimismo, destacan que, más recientemente se identifican modelos educativos donde alternan las dos modalidades en periodos de tiempo cortos. En educación técnico-vocacional, un ejemplo es “Nucamp”, que ofrece “bootcamps de coding” donde los estudiantes completan asignaciones en línea a su propio ritmo durante los días de semana y asisten a un taller presencial con un instructor experto los sábados para revisar las asignaciones.

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¿CÓMO PUEDE AYUDAR A PROMOVER EL APRENDIZAJE?

De acuerdo con el BID, las experiencias de educación híbrida evaluadas hasta ahora son modelos que incorporan componentes de educación en línea dentro del aula, como por medio del uso de aplicaciones y portales educativos.

En comparación con modalidades 100% presenciales, detallan que, se han observado efectos positivos en el vínculo, los resultados y la percepción positiva del aprendizaje. Este modelo también puede aumentar la capacidad de los estudiantes de aprender a su propio ritmo y de aprendizaje autodirigido, habilidades clave a desarrollar para estimular los aprendizajes y, además, evitar la sobrecarga de los padres.

La personalización del aprendizaje que ofrece la educación híbrida es uno de los medios más efectivos para acelerar el desarrollo académico y cognitivo.

El BID destaca que, en la región hay experiencias exitosas como el caso de CEIBAL en Uruguay, en el cual se ha usado clases en línea dentro del aula para la instrucción del inglés y pensamiento computacional desde el 2014 y 2018, respectivamente, con el apoyo de docentes desde otros países. Los resultados han sido positivos: se universalizó la enseñanza de inglés entre 4º y 6º grado y se alcanzaron los resultados de aprendizaje esperados para el 80% de los estudiantes participantes. En ese caso, esa política también permitió cubrir la brecha de cobertura en asignaturas donde no había suficientes docentes locales.

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LOS CONTRAS

De acuerdo con el BID, muy pocos países contaban con conectividad o con herramientas digitales para apoyar el proceso de enseñanza en el contexto escolar. Y Debido a la COVID-19, la escuela, concebida como un espacio físico, cerró y se trasladó a los hogares. Los sistemas educativos tuvieron que desarrollar, de la noche a la mañana, una oferta masiva de aprendizaje a distancia y de enseñanza remota de emergencia.

Aunque existen algunos ejemplos de educación remota a gran escala en la región, como el programa Ceibal en Inglés en Uruguay y Telesecundaria en México, la realidad es que hay pocas experiencias de educación remota en los últimos 10 años que sean comparables al cierre completo de los centros educativos provocado por la emergencia sanitaria.

Además, los docentes tuvieron que flexibilizar su forma de enseñar y de comunicarse con los estudiantes. Se creó una nueva dinámica en la que los padres tuvieron que asumir un rol protagonista en el aprendizaje de sus hijos.

Todos estos cambios tienen un elemento en común: se ampliaron y adaptaron las formas de comunicación entre estudiantes, docentes y padres con la tecnología como herramienta central. En este contexto, los estudiantes que cuentan con apoyo de los padres y una base digital han podido aprovechar mejor los recursos puestos a disposición que los estudiantes provenientes de hogares con carencias de este tipo.

El BID destaca que, en América Latina y el Caribe (ALC) ya se observaban brechas de aprendizajes desde antes de la pandemia. Para el tercer grado, el 62% de los estudiantes más pobres no domina los conceptos básicos de matemáticas, en comparación con el 25% de los más ricos.

También se evidencian rezagos cuando se compara con otras regiones. En ALC, un 51% de los estudiantes de 15 años tiene bajo desempeño en lectura, casi el doble que en los países de la OECD (23%).6 Aunque aún hay poca evidencia sobre los impactos de la pandemia en los aprendizajes, se estima que la mayor proporción de nuevos abandonos estará entre los estudiantes pobres y de clase media vulnerable.

Además, se prevé que la brecha digital y la baja efectividad de los programas de televisión-radio puede limitar la capacidad de mitigar los efectos de la interrupción de las clases en los países de ingresos bajos.

La conectividad puede ser una barrera importante. Foto La Hora/José Orozco

CUATRO INGREDIENTES CLAVE PARA LOGRAR UNA EDUCACIÓN HÍBRIDA EXITOSA

De acuerdo con el BID, existen cuatro ingredientes clave para lograr el éxito en la educación híbrida, Una de ellas es el desarrollo de nuevas habilidades y perfil docente. “En la dualidad de la educación híbrida es una oportunidad para optimizar qué hacer en el tiempo presencial y qué hacer en el tiempo remoto”, destacan.

Asimismo, explican que, las tecnologías deberán aprovecharse para hacer la experiencia de los estudiantes más atractiva y capturar su interés por aprender, y estar enmarcados en el trabajo de aprendizaje profundo y significativo.

Otro ingrediente clave lo constituyen los contenidos y plataformas, durante el cierre de las escuelas, los padres de familia e incluso a veces los mismos estudiantes se han sentido abrumados por la cantidad de contenido. En el modelo de educación híbrida se debe priorizar y flexibilizar el currículo, focalizando los esfuerzos en matemática y lectura/escritura, así como en las habilidades del siglo XXI.

A esto se suma, el equipamiento, infraestructura y conectividad, detallan que, las brechas de acceso a conectividad y dispositivos siguen siendo un reto en América Latina, tanto en las escuelas como en los hogares.

Las clases además, han sido suspendidas de forma presencial debido a la pandemia. Foto La Hora/José Orozco

“Los gobiernos han hecho importantes esfuerzos por ampliar el acceso a internet, como abaratar los costos a través de acuerdos para que los estudiantes y docentes puedan acceder a contenido educativo sin consumo de datos. Más que medidas transitorias, los países tendrán que garantizar su continuidad y complementar con otras formas innovadoras para cerrar las brechas digitales”, indicaron.

Precisan que, para ampliar el acceso a dispositivos, una opción a considerar son las bibliotecas de dispositivos en las escuelas con contenido educativo precargado, donde los estudiantes puedan tomar dispositivos móviles prestados para llevar a sus casas.

“La innovación educativa requiere de una gobernanza que lidere el cambio de marco normativo, que estructure la transformación digital de la educación y que garantice, además de estos cuatro elementos, consideraciones sobre la ética y privacidad de los datos y arreglos de ciberseguridad”, puntualizan.

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Aseveran que, los países que reabrieron las escuelas van transitando ya hacia un modelo educativo híbrido. La implementación de este modelo debe ir más allá del contexto de la pandemia. La educación híbrida debería estar enmarcada dentro una estrategia más amplia de transformación del sector educativo para lograr que sea efectiva, equitativa y sostenible, para los estudiantes, los docentes y también los padres de familia.

El cuarto factor a tomar en cuenta es el de los datos y seguimiento de estudiantes, estableciendo dónde están y cómo acompañarlos. En ese contexto, el BID explica que, los Sistemas de Información y Gestión Educativa (SIGED) son la plataforma que permite identificar, de manera única, a los estudiantes a través de todo el sistema educativo.

“La urgencia por poner en marcha un modelo híbrido puede conducir a los países a realizar inversiones apresuradas que podrían resultar en duplicaciones e ineficiencias”, agregan.

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