Manifestantes disfrazados del presidente Joe Biden, la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, protestan en el marco de la cumbre del G7 en St. Ives, Cornwall, Inglaterra. Foto la hora: Jon Super/AP
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El presidente Joe Biden ha prometido enmendar las relaciones comerciales de Estados Unidos con sus aliados europeos, que se tensaron al extremo por el comportamiento voluble del mandatario Donald Trump, sus políticas combativas y aversión a las alianzas multinacionales.

Sin embargo, cuando se reúna el martes con los líderes de la Unión Europea en Bruselas, Biden podría darse cuenta que es difícil reconciliarse. La perspectiva de forjar un acuerdo para resolver sus diferencias –y quizás formar un frente unido contra una China cada vez más conflictiva– puede verse obstaculizada por el escepticismo europeo.

Valdis Dombrovskis, un político letón que se desempeña como jefe comercial de la UE, dijo en un discurso la semana pasada que había llegado el momento de «que Estados Unidos haga lo que predica».

Dombrovskis se refería en parte a la decisión de Trump de 2018 de imponer impuestos a la importación de acero y aluminio extranjeros por «seguridad nacional», una decisión que desencadenó medidas de represalia contra Estados Unidos.

Y con las tensiones comerciales todavía ensombreciendo la relación transatlántica, la UE también puede mostrarse reacia a unirse a un esfuerzo liderado por Washington para enfrentar las provocadoras políticas comerciales chinas.

Luego hay una disputa añeja sobre el subsidio gubernamental que cada parte proporciona a su fabricante de aviones: Boeing y Airbus.

«Esto lleva 17 años», dijo Cecilia Malmström, una veterana de las batallas transatlánticas como comisaria europea de comercio de 2014 a 2019.

Con este panorama, es seguro que las relaciones entre ambas partes serán mucho más amigables de lo que fueron con Trump, quien acusó a los europeos de eludir su responsabilidad de pagar su propia defensa a través de la OTAN y de explotar lo que él llamó acuerdos comerciales injustos para vender mucho más a Estados Unidos de lo que compraban.

Kelly Ann Shaw, una exfuncionaria comercial de la administración Trump que ahora es socia del bufete de abogados Hogan Lovells, opina que la UE y Estados Unidos están ansiosos por superar sus batallas arancelarias «para poder seguir adelante y abordar algunos desafíos del siglo XXI, y uno de ellos es China».

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