Dembélé de Barcelona celebra el gol de apertura durante el partido de fútbol La Liga española entre el FC Barcelona y Valladolid (AP Photo/Andrea Comas)

Madrid/Barcelona
Agencia dpa
Por Alberto Bravo

En un repentino giro de los acontecimientos, el francés Ousmane Dembélé no sólo reivindicó su capacidad para ser titular en el Barcelona, sino que expresó claramente que quiere ser un «crack» mundial.

Si hace apenas un mes se dudaba hasta de su continuidad en el equipo azulgrana, ahora ya quedan pocas dudas a medida que el francés muestra las cualidades que convencieron al Barcelona de pagar hace un año al Borussia Dortmund 105 millones de euros (122 millones de dólares) más 40 en variables. Fue el segundo fichaje más caro de la historia del fútbol tras los 222 millones de Neymar.

Dos goles suyos fueron decisivos ya esta temporada. En la Supercopa de España marcó el tanto definitivo ante el Sevilla y el sábado repitió mérito con su gol en el campo del Valladolid, donde rescató una industriosa victoria (1-0) para un Barcelona que acabó encerrado en su área ante un recién ascendido.

El propio club azulgrana envió un mensaje de desconfianza a mediados de julio al fichar al brasileño Malcom, un extremo que en teoría juega en la misma posición que Dembélé. Se habló entonces de una gran contratación que ponía en peligro a Dembélé, cuyos precedentes tampoco invitaban al optimismo.

El francés de 21 años sufrió una grave lesión en un tendón a comienzos de la pasada temporada, una dolencia que los médicos atribuyeron, entre otras circunstancias, al estrés del jugador. Apenas jugaría 22 partidos en toda la temporada para un pobre balance de cuatro goles. Fue una contribución muy menor para el campeón de la Liga española.

Dembélé de Barcelona celebra con sus compañeros de equipo tras anotar sus egundo gol en la campaña. (AP Photo/Andrea Comas)

Durante este tiempo se habló de falta de adaptación, y no sólo al Barcelona. Poseedor de un carácter introvertido y distraído, su gusto por la «comida basura» inclinó al club hacia la contratación de un cocinero particular que velara por su dieta, pero fue despedido al no entenderse bien con el futbolista.

Luego, el jugador incorporó por su cuenta a un osteópata personal para poder prevenir lesiones musculares, algo de lo que los dirigentes se enteraron por una entrevista que concedió el futbolista a una revista francesa.

El Mundial tampoco ayudó a disipar las dudas sobre el jugador. El seleccionador francés, Didier Deschamps, lo alineó como titular en el debut ante Australia, pero su actuación fue deficiente y, sustituido por Olivier Giroud, desapareció del equipo que a la postre saldría campeón.

Malcom empezó con clara ventaja la pretemporada, pero el técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, sorprendió a todos al concederle a Dembélé la categoría de titular indiscutible desde el comienzo. Y el francés le está devolviendo la confianza. Parece otro jugador, el del Borussia Dortmund.

«El ‘mosquito’ afila el aguijón», aseguró hoy el diario «Marca» en relación al alias por el que se le conoce en el vestuario azulgrana, que ahora tiene al francés más enchufado que nunca y dispuesto a justificar lo que el Barcelona pagó por él hace un año. La continuidad de su rendimiento marcará el balance final, pero su actitud es ahora decidida.

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