Moscú
DPA

Enfrentar a Francia mañana en la final del Mundial será sin duda un partido muy especial para el croata Ivan Perisic, que vio por televisión, cuando era niño, la semifinal perdida hace veinte años y luego jugó dos años en el país galo.

Ahora son los «Bleus» el último obstáculo para conseguir el que sería el logro más importante de su carrera.

En Rusia, el extremo del Inter de Milán ha sido clave para la selección balcánica: ante Inglaterra en las semifinales, él marcó el empate y asistió después a Mario Mandzukic para el 2-1 definitivo.

«Nadie podría estar más feliz que yo de jugar la final contra Francia», explicó Perisic, de 29 años. «Hablé con mi madre y me dijo que soñó que Francia jugaría contra Croacia y ahora es realidad», contó.

Perisic salió de la academia de Hajduk Split, pero se fue al Sochaux francés a los 17 años.

El croata no quiso dar detalles de ese paso el miércoles tras la victoria frente a los ingleses. Apenas dijo que su llegada al fútbol galo se debió a un «problema familiar», aunque según reportes tuvo que irse para salvar de la quiebra a la granja de pollos de su padre, en la que se crió.

Y pese a que nunca llegó al primer equipo, el carrilero explicó que aprendió «mucho» en su paso por el hexágono.

A partir de 2009 pasó dos años tanto en el Brujas como en el Borussia Dortmund y el Wolfsburgo, cosechando éxitos en cada lugar: goleador de la Liga belga, campeón de la Bundesliga y de la Copa alemana.

Después de su paso por Bélgica y Alemania, Perisic llegó al Inter, su actual equipo, en 2015. Y desde su regularidad en Italia se ha establecido como una pieza clave para Croacia.

Puede decirse que disfruta sus mejores momentos como internacional con un equipo que ha mostrado ser fuerte tras tres prórrogas seguidas, en octavos, cuartos y semifinales. Él es el oxígeno por la banda izquierda.

Tras la hazaña de 1998, cuando la Croacia de Davor Suker solo cedió ante Francia en las semifinales, el cuadro balcánico no pasó nunca la fase de grupos en los tres otros Mundiales que jugó. Hasta este verano en Rusia.

A partir de Perisic, Luka Modric e Ivan Rakitic, los nombres principales de un formidable mediocampo, los croatas eliminaron a Dinamarca y a Rusia en penales, y se convirtieron en el primer equipo en recuperarse de una desventaja de un gol en tres eliminatorias seguidas.

«Fue un juego muy difícil, sabíamos lo que estaba en juego, lo importante que una semifinal así era para una nación como Croacia», explicó sobre el duelo ante los ingleses.

«Mostramos carácter como en partidos anteriores cuando estuvimos un gol abajo. No éramos tan resilientes en el pasado», agregó el extremo, que se restó méritos en favor del colectivo. «No es importante quién marca, solo que Crocia gane».

Perisic se explayó más al recordar esa semifinal en la que Francia, hace dos décadas, se recuperó del gol de Zuker con un doblete de Lilian Thuram.

«Hace veinte años estaba en mi ciudad apoyando a Croacia con una camiseta de la selección. Solo podía soñar jugar con Croacia una vez y marcar un gol importante», concluyó el mediocampista, que vivirá un momento muy particular mañana en el estadio Luzhniki de Moscú.

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