París
DPA
Lo primero que hizo el tenista argentino Marco Trungelliti después de ganar el primer partido de su carrera a cinco sets, con remontada incluida, fue ir a besar a su novia, Nadir.
«Le dije gracias, gracias más que nada porque desde el día que nos conocimos ha estado ahí aguantándome, apoyándome, siempre ha estado ahí», relató Trungelliti, 161 de la ATP, tras derrotar en la primera ronda de Roland Garros al francés Quentin Halys por 3-6, 6-7 (4-7), 7-6 (7-2), 6-4 y 6-4.
«Desde el minuto uno que la conozco me ha enseñado muchas cosas y me ha hecho feliz», añadió el diestro de 27 años después de tres horas y 54 minutos de partido.
Trungelliti, que hace 12 meses tumbó en la primera ronda de París al «top ten» Marin Cilic, se casará con Nadir a finales de este año y esperan tramitar pronto su mudanza a Suiza. La idea del tenista, pelo rizado y sonrisa perenne, es instalarse en el centro de Europa para ahorrarse tantos vuelos transatlánticos.
Al igual que hace un año, el argentino superó la fase previa de Roland Garros tres partidos y se plantó en la segunda ronda. Ahí le espera el español Guillermo García-López, que venció antes al luxemburgués Gilles Müller por 7-6 (7-4), 6-7 (2-7), 6-2 y 6-2.
Trungelliti nunca superó la segunda ronda de un Grand Slam. Pero tampoco había ganado nunca un partido a cinco sets. Ni había remontado un 2-0 en contra.
«Sabía que el partido de hoy iba a ser largo, es una de las pocas ventajas que tiene jugar partidos a cinco sets, que puedes perder los dos primeros y seguir adelante», contó el natural de Santiago del Estero. «Me costó agarrar ritmo al principio y por suerte el tenis no es por tiempo».
«Evidentemente parece que me gusta sufrir. Todo lo que venga con sufrimiento viene mejor», añadió Trungelliti.
Aunque el casamiento con Nadir le hace sentir de todo menos sufrimiento. «Eso no es parte del sufrimiento, para nada», señaló con una carcajada el argentino. O «Belli», como le llama cariñosamente su futura mujer.
