De izquierda a derecha, Han Yeri, Steven Yeun y el director Lee Isaac Chung, atrás, y Yuh Jung Youn, Alan Kim y Noel Cho posan durante la promoción de la película "Minari". Foto la hora: Taylor Jewell/Invision/AP, Archivo)

Por JAKE COYLE
NUEVA YORK
Agencia (AP)

En el drama familiar de Lee Isaac Chung «Minari», el terreno es más que un escenario. Es un futuro. Es un sueño.

En la cinta, Jacob Yi (Steven Yeun) se muda con su familia a una parcela frente al río en Arkansas para cultivar la tierra y, con suerte, librarse a él y a su esposa de años de trabajo duro en una planta avícola. No labra los típicos cultivos del área sino verduras comunes de la cocina coreana que cree que servirán a otros inmigrantes como él. Su suegra (Youn Yuh-jung) también encuentra una pequeña riera para cultivar minari, la verdura de hojas popular en su natal Corea.

En la película de Chung, la acuosa cuenca palpita como un símbolo de lo que es sembrar raíces, de armonía coreana-estadounidense, de resiliencia. Al principio, en cada lugar que Chung consideró para la filmación la tierra no era adecuada, el cauce no era correcto. Un explorador de locaciones mencionó un sitio en el que jugaba de niño y al director, que estaba creando una historia profundamente personal sobre su propia infancia, le gustó esa conexión.

Chung sembró allí plantas de minari que su padre había cultivado en Kansas City. El director estaba aterrado de contarle a su familia que estaba haciendo una película sobre ellos, así que tomó en préstamo el minari de manera un poco misteriosa, transportando las plantas en cajas en un camión para el rodaje en Oklahoma. El hecho de que el minari en la película fue sembrado por el padre de Chung es un detalle sumamente conmovedor sobre un film que florece de una generación a la otra.

«Eso no pasó inadvertido para mí», dijo Chung en una entrevista desde Los Ángeles. «Creo que él en cierto modo sabía en qué me estaba metiendo con esta película, pero simplemente no hablamos al respecto. Él quería venir al plató a ver lo que estábamos haciendo, pero yo le dije que no. Tuvimos algunos roces durante la producción, para ser honesto, hasta que le mostré la película y toda la tensión que teníamos se alivió».

«Minari», un estreno de A24 disponible en streaming, con un estreno digital más amplio previsto para este viernes, no era una gran producción. Se hizo por menos de 10 millones de dólares de una manera modesta e íntima como la misma familia que retrata. Pero el filme de Plan B (Brad Pitt es uno de los productores ejecutivos) ha ido adquiriendo fuerza desde su estreno en Sundance, donde obtuvo el máximo galardón para drama.

Los Globos de Oro desataron polémica al limitar «Minari» (una cinta profundamente estadounidense pero con amplios diálogos en coreano) a la categoría de película en lengua extranjera. Sin embargo, ha recibido reconocimientos por todos lados, incluyendo múltiples nominaciones al Premio SAG del Sindicato de Actores de la Pantalla, un confiable barómetro del Oscar. Y quizás más importante, su representación honesta y auténtica de una familia asiática-estadounidense en un mundo del espectáculo tan a menudo condicionado a los estereotipos ha resonado de manera especial para muchos.

Pero antes de todo eso, «Minari» conmovió primero a los padres de sus realizadores. En Sundance,
Chung, Yeun y la productora Christina Oh — todos hijos de inmigrantes coreanos de primera generación — trajeron a sus padres al estreno en Park City, Utah. Oh recuerda a su madre apretándole el brazo emocionada durante la proyección. Cuando Yeun y su padre se pararon al final, se abrazaron y lloraron.

«Pude oír al papá de Steven emocionarse mientras veía la película», dice Chung. «Cuando vi cómo se abrazaron al final de la función, fue casi idéntico a como mi papá y yo nos abrazamos luego que le mostré el filme. Fue un sentimiento muy nuevo para mí».

Para Yeun, un actor de 37 años nacido en Seúl cuyos créditos incluyen «Burning» y «The Walking Dead», «Minari» es sobre esa emoción. La familia de Yeun emigró cuando él tenía 4 años y terminó por asentarse en Michigan. Al interpretar a Jacob, Yeun se inspiró en su propio padre y logró apreciarlo con nuevos ojos.

«La dificultad emocional interna para mí era romper el molde y la seguridad de la vida que pensé que conocía, y cómo mis padres o mi papá encajaban en esa vida», dice Yeun. «Esa es una propuesta aterradora en general, reconstruir o desmantelar los pilares de tu identidad. Mi papá representaba para mí, el modo en que solía verlo, esta figura más grande en mi vida que se sacrificó y sufrió y dio su propia vida».

«Creo que estaba tocando algo que me formó», agrega tras hacer una pausa. «Tuve que desglosarlo».

Chung escribió «Minari» con la posibilidad de que el diálogo se tradujera a inglés, pero Oh, una productora («The Last Black Man in San Francisco») de Plan B, creyó firmemente que debía ser en coreano, algo que pocos ejecutivos de Hollywood apoyarían pero que ella consideraba «evidente».

Los padres de Oh llegaron a California en la década de 1980. Tenían una tienda de abarrotes que a menudo era robada y que más tarde cambiaron por un negocio de tintorería. La productora considera «Minari» una oda a sus progenitores.

«Nuestros padres vinieron persiguiendo la idea del sueño americano que les habían vendido. Para mí, lo increíble, viéndolo desde afuera, es que nosotros somos casi su sueño americano hecho realidad», dice Oh.

Chung se abstiene de decir qué significa «Minari» en un contexto más amplio, pero admite que lo hizo sentir «parte de algo más grande» que él.

«Se sintió como si estuviéramos construyendo una comunidad entre personas que han vivido estas cosas, aun si no son coreanas-estadounidenses», dice. «Esa experiencia de ser hijo de inmigrantes y querer entender a tus padres y querer honrarlos a través de su humanidad».

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