Irene Azuela, de izquierda a derecha, Alejandro de la Madrid y Fernanda Castillo en una escena de "Monarca". Foto la hora: Netflix via AP)

Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

El destino de la familia Carranza es cada vez menos claro en la segunda temporada de la serie de Netflix «Monarca».

«Es una segunda temporada mucho más oscura, mucho más compleja… donde salen cosas inesperadas de todos los personajes», dijo el actor Osvaldo Benavides en una charla reciente con periodistas a propósito de su estreno del 1ro de enero en el servicio de streaming.

Luego que Ana María (Irene Azuela) perdiera la presidencia del conglomerado de la familia, y ante las amenazas de la delincuencia organizada que enfrenta su hermano Joaquín, el poder recae en Andrés (Benavides).

«Vamos a ver de qué se engolosina o qué errores comete, qué pies le meten para dificultarle la presidencia», adelantó Benavides.

Entre sus primeros cambios como presidente, Andrés contrata a un nuevo encargado de finanzas para la empresa (Marcus Ornelas) y pone a su esposa Jimena (Gabriela de la Garza) a trabajar en el departamento de relaciones públicas. Entre los tres existe una atracción sexual que no tarda en explotar.
«En el fondo de la sexualidad de Andrés, o de sus actos sexuales, hay algo más. No es el sexo por el sexo, es el poder que él ejerce a través de la sexualidad y de eso se trata», dijo Benavides.

«Lo que me gusta mucho de la relación entre Ximena y Andrés es que es compleja. Sí se quieren, sí se conocen, pero sí se odian… Es una sopa de muchos ingredientes, y eso me gusta», agregó.

Para complicar aún más las cosas, Sofía, una prima de la familia interpretada por Fernanda Castillo, se niega a vender sus acciones a los Carranza después de que su padre es asesinado.

Y la matriarca de la familia (Rosa María Bianchi) tiene una enfermedad mental desconocida, pero cuyos brotes le hacen perder el control y estar totalmente fuera de la realidad.

Para Azuela, «ver envejecer a nuestros padres y a nuestras madres es una de las cosas más duras de la vida adulta. Tus figuras de amor y de solidez empiezan a romperse y eso lleva a que algo en el corazón también se te rompa», dijo.

Ana María sufre no sólo por haber perdido la presidencia, sino porque su esposo está trabajando en su contra.

«Al reconocer una traición mayor», dijo Azuela, «ella decide llevar a cabo una acción muy dolorosa, muy perversa y de la cual ella tampoco tiene el control total».

La serie, cuyos productores ejecutivos incluyen a Salma Hayek, fue rodada en México durante la pandemia, lo cual llevó a una dinámica diferente en el set. Tras entrar a un hotel donde lo primero que les realizaban era la prueba de coronavirus, cuyos resultados entonces tardaban más de 24 horas, los actores debían permanecer en su habitación sin salir. Una vez iniciado el rodaje, tampoco tenían oportunidad de salir ni de regresar a su casa.

«La verdad es que era un reto», dijo Azuela. «Lo que hacíamos era filmar en la locación y regresar al hotel. No había mucho más. No podíamos salir de la burbuja en la que estábamos».

Pero al final, dijo, estaban acostumbrados y se sentían muy unidos como equipo por la experiencia.

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