Jorge Antonio Ortega Gaytán
Escritor y catedrático universitario

“Jamás te esgrimiste para ser vencida.
¡Oh pluma querida! Las gracias te doy”
Antonio José de Irisarri.

Antonio José de Irisarri (1786 – 1868) esgrimió su espada y sobre todo su pluma contra todos aquellos que se oponían a la conquista de la libertad e igualdad en el continente americano. Su ingenio le permitió ser un hombre multifacético que abordo roles en el ámbito diplomático, militar, literario, editor y fundador de diarios a lo largo y ancho de América.

La lectura de la producción literaria de compatriota que tuvo la oportunidad de vivir y ser protagonista del sinuoso camino hacia la libertad de América, aproxima al lector a una de las mejores experiencias del paso de ser súbdito de la corona española a ciudadano activo en la construcción de la soberanía, la independencia y la libertad para construir un proyecto de nación que lleve a sus integrantes al buen vivir luego de haber sido sujetos a criterios de dominación y religiosos radicales así como de intereses de otras potencias por la posición geopolítica de América Central.

Cardoza y Aragón en su obra de Guatemala, Las líneas de su mano, lo describe así:

“No sé de ningún guatemalteco más guatemalteco y continental, más brillante y extraordinario, que don Antonio José de Irisarri. Su vida es la de un coloso…”

Su largo periplo le permitió desarrollar las destrezas de un escritor satírico y mordaz, poniendo a disposición su pluma a las causas justas y legales, desmintiendo y develando las voces viperinas de su época que vociferaban en su contra o la independencia del Nuevo Mundo.

Reitero que Irisarri es un testimonio tangible de la América colonial y sus luchas por la libertad americana, la vida le dio la oportunidad de estar en los lugares y con los que lideraron la emancipación del continente. Su particular visión de los eventos del pasado son fuentes primarias de lo acaecido y derrotero de los estudiosos del pasado en común de los americanos en la agonía del poder español y las ansias de libertad de América.

Inmerso en esa dicotomía su intelecto desarrolló un especial estilo de diseñar el ambiente que lo rodeaba en las diferentes latitudes de América y que complemento con su recorrido por el Viejo Continente.

Una pluma satírica lo acompaño a lo largo de su vida, el sarcasmo esta entre líneas en su producción literaria, pero en especial en sus Escritos Polémicos y Satíricos los cuales están diseminados en el vasto territorio americano en diversos periódicos que él fundó o que se incorporó para que su pensamiento y su particular forma de visualizar la América libre tomara fuerza en la mente y corazón de los americanos, lo cual al final, las luchas fratricidas desilusionaron al prócer de la independencia americana.

Es necesario enfatizar que su estilo rompió con las normativas de su época, un limbo de formas, de luchas y de enfrentamientos innecesarios entre conservadores y liberales, todo ello es un motivador de esa pluma punzante y virulenta contra los opositores de la construcción de nuevas organizaciones políticas para liderar a los nacientes Estados y sus adversarios ideológicos.

Por ser integral la visión de Antonio José de Irisarri, así como su obra en general es necesario hacer una aproximación al escritor, militar, político y diplomático desde sus publicaciones: El Cristiano Errante, Historia del perínclito Epaminondas del Cauca, Historia crítica del asesinato cometido en la persona del Gran Mariscal de Ayacucho, Cuestiones Filológicas y sus escritos polémicos y satíricos dispersos en este hemisferio. En todos ellos, se encuentra una pluma combativa, sin miedo, debido a su capacidad intelectual y habilidad de desmentir a sus adversarios utilizando un sarcasmo elegante y directo gracias a su conocimiento del idioma y su correcto uso.

Irisarri en el transcurso de su vida fundo aproximadamente quince periódicos ejemplo de ellos: “El Semanario Republicano”, “El Duende de Santiago”, “El Censor Americano”, “El Guatemalteco”, “La Verdad Desnuda”, “La Balanza”, “El Correo de Guayaquil”, “La Concordia”, “Orden y Libertad”, “El Revisor de la Política” y otros en los que desarrollo y perfeccionó su estilo sarcástico en los países donde cultivó sus polémicas, lo cual lo consagró como el polemista más importante de su tiempo debido a su brillante manejo de la complejidad de la dicotomía ideología que lo llevaron por un sinfín de latitudes en el continente americano y europeo. Un ejemplo de su estilo:

“Desengañémonos: no es el libro de la Constitución de la República el que pide reforma. Es nuestra moral la que lo exige. Reformemos nuestra vida, nuestras ideas poco exactas sobre materias políticas, nuestras pasiones exaltadas; que el instinto sólo del verdadero bien particular, nos hará contribuir al general, sin la necesidad de andar escribiendo adivinanzas en jerigonza, que nadie entiende” (Belemíticas II, San Salvador 1829.)

Se sumergió en la confrontación ideológica entre liberales y conservadores, además de otros temas como la guerra liberada entre los americanos en busca de la libertad, la integridad de sus territorios y la defensa de los proyectos prístinos de Estados de América.

La defensa de la nueva organización política del hemisferio era una de las mayores preocupaciones de Irisarri plasmada en la correspondencia diplomática que él generó desde su posición en los Estados Unidos de Norte América logrando la suscripción del “Tratado de Alianza y Confederación entre los Estados Hispanoamericanos” en la ciudad de Washington, D. C., el 9 de noviembre de 1856. La intención medular de este tratado era auxiliarse mutuamente, iniciativa de Antonio José de Irisarri la cual firmó como representante de la República de Guatemala, este y otro sinfín de tratados generó Irisarri en su largo peregrinaje entre la colonia, la época convulsa hacia independencia de España y el camino a la libertad que necesitaba de ciudadanos y políticos con una visión integradora, amplia, clara y profunda de un futuro promisorio para todos los integrantes de las repúblicas nacientes del nuevo continente.

La experiencia en los eventos y sus consecuencias es un factor determinante en la forma de diseñar sus planteamientos con ironía y sarcasmo provocando la retirada o el odio de sus adversarios; es por lo anterior que se debe leer a Don Antonio José de Irisarri aprender de sus publicaciones el arte de debatir con elegancia, fuerza, ironía y sarcasmo, además de ser un puente que nos lleva de una época de súbditos a ciudadanos con la elegancia de una conversación con uno de los guatemaltecos que el destino convirtió en un prócer de América a través de sus actuaciones y sobre todo, su pluma consagrada a luchar por la libertad.

Menéndez y Pelayo definió a Irisarri como:

“… el hombre de mayor entendimiento, de más vasta cultura, de la más energía política y de más fuego en la polémica que América ha producido”.

PRESENTACIÓN

Guatemala ha sido un país fecundo en escritores. Si desde La Hora insistimos en recordarlos es por la convicción de su valor en cuanto creadores de universos simbólicos. Su registro, además de hacer patente la realidad sociocultural, las creencias, las conductas y los miedos, proyecta nuestras esperanzas hacia un futuro regularmente utópico.

En esa dirección, en busca del reconocimiento de nuestros intelectuales, Jorge Antonio Ortega Gaytán hace un balance de la obra de Antonio José de Irisarri. El columnista subraya, amén del estilo particular de sus textos, la prolijidad de su obra y la crítica de las costumbres y el ejercicio particular del poder.

Sobre ello, Ortega Gaytán afirma que “su largo periplo, le permitió desarrollar las destrezas de un escritor satírico y mordaz, poniendo a disposición su pluma a las causas justas y legales, desmintiendo y develando las voces viperinas de su época que vociferaban en su contra o la independencia del Nuevo Mundo”.

Con la finalidad de variar los contenidos de la edición, le recomendamos las contribuciones de Dennis Escobar Galicia, Hugo Amador Us y Jairo Alarcón Rodas. Como podrá constatar, hay en los espacios, crítica literaria, reflexión filosófica y propuesta literaria. Ya verá que vale la pena darles su oportunidad.

El tiempo se nos va de las manos, vamos presurosos a la mitad del mes, mucho ánimo y fortaleza con los vaivenes circunstanciales de nuestros particulares días. Que la literatura y la reflexión crítica sirvan de estímulo para alcanzar la vida feliz. Auguro que en verdad la belleza nos salve. Hasta la próxima.

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