Edgar Villanueva
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Hace un año, en una de mis breves y esporádicas participaciones en redes sociales escribía con relación al intento de pasar legislación que favorecía a los diputados: “Ahora que ya caímos en cuenta que la generación de división fue manipulada… ¿nos unimos? Nunca fue Iván o Jimmy… siempre fue el Congreso, las redes de corrupción y los políticos de siempre tratando de ver cómo se tapan con la chamarra de la impunidad. ¿Cuántos caímos redondos? (…).” Lamentablemente mi comentario después de un año, sigue teniendo alguna vigencia.

Pero tanto como me preocupa la disputa entre el Presidente y el Comisionado, la cual ahora tiene algunos matices diferentes, pero sigue siendo cobija de un grupo de delincuentes que serán al final de cuentas los únicos beneficiados con la inestabilidad que la desavenencia ha generado, me preocupa que no veo que el país vaya progresando en otros ámbitos.

Por ejemplo, no he visto propuesta alguna sobre que se va a hacer cuando se vaya la CICIG tal y como lo mencioné en mi artículo anterior. ¿Se va a duplicar el presupuesto el MP? ¿Se va a proponer una reforma del Sistema Judicial que ayude a cerrar algunas brechas o que agilice la capacidad de este para impartir justicia? ¿Se va a pedir un incremento de cooperación con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) para continuar con la lucha contra estructuras criminales?

Asimismo, Fitch Rating publicaba ayer: “Es probable que las tensiones políticas intensificadas y la incertidumbre política prevaleciente perjudiquen las perspectivas de crecimiento económico. Este último se desaceleró a 2.8% en 2017, en parte por una inversión pública débil. El cierre del proyecto minero “El Escobal” de la compañía San Rafael (una de las reservas de plata más grandes del mundo), a causa de un mandato judicial, fue también un factor clave que afectó el crecimiento. La incapacidad para abrir la mina de San Rafael, una inversión debilitada y la moderación del consumo privado han pesado sobre el crecimiento económico durante 2018.”, y yo no veo alguna acción que se haya anunciado para contrarrestar los efectos de la crisis, para incrementar la inversión pública o la intención de un plan de acción para la implementación de la resolución de la Corte de Constitucionalidad relacionada con Minera San Rafael.

Los planes no aparecen y la polarización crece. Hoy leía a una muy capaz exfuncionaria del Gobierno socialdemócrata de hace unos años, criticando un nombramiento de un burócrata con mucha experiencia y preparación simplemente por su afiliación laboral y política a uno de los políticos tradicionales del país. No había una crítica profesional o una crítica a su integridad. Únicamente a su afiliación.

La falta de plan para salir adelante y de pausa en el enfrentamiento que estamos teniendo como sociedad nos puede llevar a una confrontación de la cual nos tomará décadas salir. ¿No aprendimos algo del Conflicto Armado Interno? Seguimos creyendo que existe una sola verdad, en lugar de pensar en construir un país para todos.

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