Jorge Santos

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Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Jorge Santos

Del 2014 a la fecha hemos observado el surgimiento de tres distintos Pactos entre grupos de poder, que buscan el sostenimiento de un Estado inequitativo, empobrecedor, con privilegios para ellos y por eso es que requieren que el Estado sea capaz de darle vida a ese proyecto a través de la corrupción e impunidad. Recordemos que en 2014 el Partido Patriota, junto a Lider y miembros de la oligarquía dispusieron designar a sus integrantes en buena parte de instituciones del Sistema de Justicia y con ello aparece el Pacto por la Impunidad. El cual tenía por objeto proteger los intereses del modelo económico y la corrupción que de él emerge.

El segundo Pacto se gesta como una respuesta a los avances de los casos investigados por la CICIG y el Ministerio Público. Es decir esta acción positiva que iba develando quiénes y cómo se formula la corrupción en el país, nos permitió identificar a los actores detrás de las mismas y así como aparecían funcionarios, militares y testaferros, aparecieron también los apellidos de quienes se consideraban intocables por ser miembros de los ocho grupos familiares corporativos que han hecho sus fortunas parasitando del Estado.

El tercer Pacto formulado a partir de este año, pretende instaurar un Régimen dictatorial, que imponga a sangre y fuego un modelo de Estado donde la violencia y represión les permita hacer lo que han estado acostumbrados a hacer, corrupción, privilegios e impunidad a costas del empobrecimiento y deterioro de la mayoría de la población. En este Pacto hay cuatro actores fundamentales que deben ser derrocados, el primero de ellos, la oligarquía que financia y diseña en buena medida la estrategia. Son aquellos que desde los monopolios u oligopolios del cemento, la cerveza, el sistema financiero, el mercado avícola, la caña de azúcar y la palma africana y que hoy se sienten asediados por importantes casos que desnudan su forma fraudulenta y corrupta de actuar. Los otros tres actores son meros instrumentos de los primeros y ahora suman su propia defensa, al servir a su gran amo. Las elites políticas -mayoritariamente en el Congreso de la República-, la elite militar defendiéndose por su importante participación en graves violaciones a derechos humanos y sus vínculos con negocios ilícitos y el tercero el crimen organizado en sus múltiples manifestaciones pero que cada vez es más cercano al primer actor.

Pero estos Pactos no podrán derrotar la histórica dignidad de los Pueblos que habitan Guatemala. Así como el terror, la muerte y el Genocidio impulsado durante la guerra en el país, no pudo derrotar a los Pueblos, hoy la estrategia de corrupción, violencia e impunidad no podrá derrotar la enorme valentía de la ciudadanía. Lo hemos hecho siempre y lo volveremos hacer. Logramos firmar la paz, logramos vencer las aspiraciones golpistas de Serrano Elías, vencimos el proyecto oligárquico militar del Partido Patriota y ahora nos toca que vencer en definitiva al Pacto de Golpistas y sus cuatro actores.

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