Juan Carlos Hernández Díaz
Académico y Docente Universitario

La Proto-utopía
En 1980 una de las consignas que recogió el movimiento de masas el primero de mayo fue por el derrocamiento de Lucas García y la instauración de un gobierno popular, democrático y revolucionario. Era el momento del mundo de la proto-utopía, es decir, la utopía en su etapa embrionaria, de una sociedad que está con dolores de parto como queriendo dar a luz algo nuevo. Es la utopía en su etapa uterina de configuración. Y como está en su etapa fetal, no todos tienen clara la idea, el nuevo lugar.

Solo unos pocos tienen clarividencia de ese no lugar. La mayoría solo tiene una vaga idea de una nueva sociedad como la cubana o la nicaragüense que eran los referentes más inmediatos. Pero ese nuevo ser societal no podía nacer por múltiples factores, las fuerzas retrógradas que le temen al cambio, las divisiones al interior de las fuerzas progresistas y revolucionarias, la cultura pop como instrumento de dominación ideológica hacia la juventud, la diversidad cultural que deriva en racismo y la intervención de EE. UU., en los asuntos internos de Guatemala.

El mundo de la proto-utopía en formación está en veremos. En la encrucijada de avanzar o anquilosarse. A los ochenta se le conoce como la década perdida, porque se dejó de hacer lo que se tenía que hacer en su momento, triunfaron las fuerzas conservadoras que se negaron al cambio, aunque políticamente hubo una salida negociada a la guerra civil interna que azotó a la sociedad guatemalteca durante 36 años. La sociedad en su conjunto tocó fondo y entre cansancio y presión internacional se firmaron los Acuerdos de Paz, creando esperanzas ilusas de la posibilidad de empezar algo nuevo. Con este acontecimiento, Guatemala entra al mundo de la utopía.

LA UTOPÍA. LOS ACUERDOS DE PAZ
Fue el resultado de un proceso de negociación no libre de contradicciones, pero que al final constituyeron una hoja de ruta como una luz al final del túnel que nos llevará por derroteros más justos y humanos. Ante la utopía hubo tres actitudes: la ilusa, la crítica y la indiferente.

Para la primera con solo la firma de los Acuerdos de Paz constituía pasar a una época nueva, que abría la posibilidad de vivir en una sociedad que transitaría hacia un Estado de mayor convivencia social con todos los ingredientes que suponía: una reforma agraria, la inclusión de los pueblos originarios en la toma de decisiones nacionales, una reforma educativa, la desmilitarización de la sociedad, una democracia plena y participativa, vivienda digna y salarios justos entre otros.

Para los segundos, desde una actitud crítica, inmediatamente supieron que las fuerzas conservadoras ya estaban maquinando una agenda paralela, la privatización de los bienes estratégicos del Estado, entre ellos la telefonía, la electricidad, las autopistas y la concesión de los bienes naturales a empresas extranjeras quienes cuales buitres merodeaban el entorno natural. Esta segunda actitud, por más que manifestaban públicamente desenmascarando la estafa no pudieron contra el avance arrollador de la agenda neoliberal, ya en marcha desde antes de la firma de los malogrados Acuerdos de Paz.

La tercera actitud fue la mayoritaria, la población en masa, especialmente la urbana que no vivió en carne propia los horrores de la guerra civil y las masacres, continuó inmersa como el avestruz en sus asuntos personales y familiares. En sus negocios por cuenta propia poco a poco se fue alejando más y más de la utopía para quienes no significaba ningún beneficio inmediato a sus vidas concretas. Con el tiempo y a veinte años de la firma de los Acuerdos de Paz, la utopía, como posibilidad de creación de la nueva sociedad, ha quedado en el olvido, entre ritos, “Aquí yacen los restos de la utopía llamada Acuerdos de Paz”. Ningún gobierno de turno, en adelante, hizo suyos sus contenidos. La agenda neoliberal se impuso de la mano de los gobiernos pro empresariales.

LA CONTRA UTOPÍA. LA FIRMA DEL TLC
En medio de las protestas contra la firma de ese tratado y contra el cilindro de la Mina Marlin en Sipacapa, se esfumaba para siempre la utopía de los Acuerdos de Paz. Está contra utopía fue la sepulturera. A partir del 2005, ya solo se hablaba de los beneficios del TLC, los ideólogos del liberalismo lo vendían en sus estantes y vitrinas, propio del quehacer de los tenderos filosóficos.

La contra utopía se ensañó contra todo aquel que soñaba aún con los Acuerdos de Paz. Pero a las élites dominantes y al capital transnacional solo le interesaban sus inversiones en el territorio centroamericano, ahora libre de guerras civiles y de la proto-utopía revolucionaria. La estrategia contra utópica les funcionó y de manera cínica afianzaron la agenda neoliberal.

La contra utopía venía en combo: reforma agraria asistida por el mercado, reconcentración de tierras en manos de los de siempre para la producción de agrocombustibles, aprobación de la ley de minería, ley de concesiones, no a la ley de desarrollo rural integral, tirar migajas en el corredor seco y algunas aldeas empobrecidas, entre otros con su cínico programa hambre cero. Pero ya antes en el maleado plebiscito del año 1999, la población guatemalteca engañada, les había dado luz verde a los contra utópicos. Y en adelante hicieron de Guatemala un botín que han estado disputándose los ricos tradicionales y los emergentes.

No es ninguna casualidad que para hacer realidad la utopía se llevara a cabo un plebiscito, empero la firma del TLC se hizo a espaldas del pueblo, en New York y en idioma bárbaro sajón. Nunca se aprobaron leyes de compensación social prometida a los pequeños productores del campo.

Y así se impuso la contra utopía. En el 2015, apenas hubo atisbos de una neo-utopía, pero el bárbaro sajón en alianza con los contra utópicos se apresuraron a apagar la pequeña llama encendida de indignación.

LA NEO-UTOPÍA YA EMPEZÓ
¿Qué es la neo-utopía? Es la utopía reeditada, como vuelta a nacer a pesar de todo, es la utopía en una versión creativa e innovadora. Es la utopía de ayer, de hoy y de siempre, la que nunca murió, ni fue aplastada.

La neo-utopía ya empezó en el año 2015 con el derrocamiento del presidente y la vicepresidenta y el desmantelamiento de muchas redes corruptas. El banderazo de salida lo dio la clase media y capas medias urbanas. Pero aún hace falta mucho camino hacia el tránsito de la refundación de la nueva Guatemala de la Asunción.

En el ámbito político, siguen cayendo las mafias de La Línea uno y dos que han estado enriqueciéndose a base de lavado de dinero, tráfico de influencias, defraudación y evasión fiscal, entre otros.

Pero no hay que dar tregua hacia la refundación del Estado de Guatemala. La neo-utopía implica esfuerzo, audacia, creación propia y no calco y copia de otros países de otras latitudes del mundo.

En la neo-utopía, es decir, la utopía mejorada, el Estado será plurinacional, se restituirán las nacionalidades indígenas y tendrán representatividad en el Congreso. Cada pueblo originario tendrá autonomía y se respetarán sus formas de gobierno con sus modos propios de vida, su derecho maya, su idioma, sus formas y procedimientos a cargos de elección popular. Las asambleas constituyentes serán plurinacionales. Vendrán las representaciones de los pueblos originarios a ocupar su lugar dentro del Congreso plurinacional y debatirán y aprobarán leyes en consenso dentro de otro marco de contrato social. Habrá dos Cortes Supremas de Justicia, la de los mestizos y la de los pueblos originarios, juzgando en sus idiomas respectivos, sobre la base del derecho maya.

En cuanto al poder Ejecutivo, la presidencia será rotativa, esto quedará establecido en la nueva Constitución Política de la República plurinacional. En dos periodos consecutivos la presidencia estará a cargo de mestizos y en similar periodo a cargo de originarios.

LA NEO UTOPÍA ECONÓMICA
Los pueblos originarios recuperarán sus territorios ancestrales y ellos decidirán qué y cómo producir, y con quienes comerciar. Se respetarán las consultas populares y serán vinculantes a las políticas económicas del Estado plurinacional. Seremos un Estado confederado, donde cada nación decidirá sus formas productivas y de generación de riqueza.

¿Qué pasará con las minorías mestizas e indígenas en los territorios respectivos?

Habrá inclusión y respeto en los asuntos internos de política pública respetando el consenso y disenso de las minorías en las asambleas locales y distritales. Las poblaciones originarias desplazadas por motivos económicos o políticos se les brindarán tierras para que puedan rehacer sus vidas familiares y comunitarias.

La economía será integral y diversa, estatal, autónoma y semiautónoma. La estatal tendrá a su cargo las fuentes estratégicas de producción: el petróleo, el gas, la telefonía, el agua, la electricidad, el transporte público, la construcción de infraestructura, los aeropuertos, la construcción de viviendas, la educación, la salud y la producción de azúcar, café, cemento. Se fomentarán las cooperativas campesinas para la producción de alimentos.

El Estado será el primer comprador de la producción agrícola campesina para abastecer los mercados locales. Se promoverán los grandes talleres textiles y de talabartería para abastecer el mercado local de ropa y zapatos, como los de San Francisco El Alto. Se crearán cooperativas de productos de industria higiénica: jabón, papel higiénico, shampoo y pasta dental. Se estimularán cooperativas de industria ganadera para producir carne, leche y sus derivados. Se impulsarán las cooperativas de industria avícola para producción de huevos y carne de pollo. Así mismo la industria porcina. Se incentivará la industria agroecológica en la ciudad y el campo para que cada familia pueda producir lo básico.

Se fortalecerá la banca central brindando créditos a baja tasa de interés, y se brindará asesoría financiera y técnica a productores por cuenta propia y cooperativas de ahorro y crédito. El Estado será su primer comprador de todas las cooperativas con lo recaudado de sus fuentes productivas estratégicas, el ingreso de divisas y la recaudación fiscal, para abastecer los centros de abasto popular.

Se fomentarán las radios comunitarias, la prensa comunitaria y la televisión pasará a manos de cooperativas. Se practicará la espiritualidad maya y el estudio del conocimiento científico y tecnológico maya. Se eliminará al Ejército y se fortalecerá la Policía Civil, se prohibirá la tenencia y portación de armas de todo tipo. La educación será un derecho garantizado por el Estado desde el nivel preprimaria hasta diversificado. Se descentralizará la educación superior bajo un programa de extensión universitaria. Cada departamento tendrá su universidad estatal con sus respectivas extensiones universitarias.

Se fomentará el turismo comunitario y las concesiones comunitarias para el cuidado de reservas naturales para garantizar la producción de oxígeno y para recuperar la vocación boscosa del país. Dentro de una política de austeridad todos los funcionarios públicos tendrán el salario que les permita cubrir la canasta básica vital.

Se reformulará el Tribunal Supremo Electoral y la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Se hará extensivo el modelo incluyente de salud a todo el territorio nacional ampliando la red hospitalaria, la atención primaria y se reconocerá la ciencia médica maya terapeuta, las comadronas y los fitoterapeutas, la homeopatía y medicina tradicional alternativa combinada con los conocimientos de la medicina convencional. Se fortalecerá el IGSS, conquista de la Revolución del 44. Se multiplicarán los institutos de recreación para las trabajadoras estatales y municipales autónomos como el de San José del Golfo.

Como dijera la generación de la Plaza 15: “Esto apenas empieza”.

PRESENTACIÓN

Los seres humanos estamos hechos de sueños, lo sabían Moro, Campanella y Bacon, los grandes creadores de utopías medievales.  Nos lo recuerda ahora, Juan Carlos Hernández, que ofrece sus ensoñaciones utópicas en el espacio contemporáneo vital guatemalteco. Para el académico, una neoutopía es posible y barrunta su realización a través del texto que presentamos.

Proponemos, además, para su lectura, la reciente producción poética del escritor Julio Fausto Aguilera. Los poetas tienen la posibilidad de aferrarse a lo cotidiano y darnos su propia lectura a partir de miradas que reflejan realidades escondidas.   Aguilera, fiel a su propia percepción de las cosas, nos acerca al mundo de lo simbólico y nos revela su significado.

De igual modo, pero con distinto registro, mostramos la carta que una enamorada Eloísa le envía a su amado Abelardo. En ella se mezclan los sentimientos y se confirma que, no obstante los caprichos del destino, en circunstancias al parecer a menudo adversas, el amor permanece y crece. Ella misma nos lo confiesa:

“Jamás, Dios sabe, busqué nada en ti a no ser a ti mismo; te deseaba enteramente a ti, no a tus cosas. No esperaba ni la alianza matrimonial ni ninguna clase de dote. En una palabra, jamás, como sabes, procuré satisfacer mis deseos sino más bien tu voluntad. Y aunque el título de esposa es visto como santo y distinguido, el nombre de amiga siempre me pareció más dulce o, si no te indignas, concubina o puta”.

Con el mismo interés de ofrecerle un espacio de reflexión y crecimiento personal, presentamos a usted las otras secciones de nuestro Suplemento.  Al estar seguros de compartir el mismo ánimo por lo cultural, nos despedimos y le deseamos los mejores augurios para los días que se avecinan.  Hasta la próxima.

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