A Mercedes

Tú Mercedes estás en lo más vivo
en lo más puro y en lo más sediento
de mí. Soy una sed.

Y llegas agua clara,
Llegas brote que beso.

Siento que eres promesa para mí,
siento que tu palabra espera mi palabra,
agua preciosa: procurémonos vida,
llenémonos de amor.
Que Dios nos ilumine,
que todo sea como Dios lo quiere.
Sigue tu prédica efusiva y clara,
encendida de vocación de amor.

Amo
A Sor Margarita Ortiz
de la Casa Central

Amo las cosas sencillas y dulces
que la vida nos da. El pan
y ese bocado sabroso y compartido,
la luz y el color. Amo el cielo
ventana del misterio, inmensidad.

Amo el trabajo y su fruto bendito,
el descanso, el sueño, después de la jornada,
amo la paz. La guerra es un crimen.
Amo las piedras, los árboles, plantas.
Amo a todos los seres amables de la tierra;
Amo a los campesinos,
su palabra, sus cosas especiales,
amo a la juventud, amo a los viejos,
a los ancianos que dejaron siembra.

Amo mi cuerpo y mi alma, son dádivas de Dios.
A mi cerebro le saco cuanto puedo,
hasta donde mis energías me dan.
¡El cerebro qué inmensa maravilla!
“Amo los libros en donde el amor y la sabiduría se juntaron”.
Soy un hombre sencillo,
a veces complicado.
Poeta en fin.
Construyamos, amemos.

Caminemos. Adelante, adelante.
Sosténganos la fe.

Seamos buenos.
Con Dios.
Avancemos

Podemos trabajar por la alegría

Podemos trabajar por la alegría.
Podemos trabajar contra las depresiones.
O ponernos, imponernos
ante ese viento que nos amenaza,
viento enemigo, que hiere.
Podemos trabajar contra la guerra
que es solo sangre, destrucción y lágrimas.
Otra guerra mundial quizás sería el fin.

Podemos trabajar por la fraternidad
entre los hombres, entre las naciones.

Podemos trabajar contra las injusticias
que cometen los ricos con sus trabajadores
no pagándoles lo debido lo justo
podemos trabajar por que haya pan
en las mesas vacías.
Podemos trabajar porque los labradores
tengan todos tierra que cultivar
podemos trabajar por que las inmundicias
se tornen en gratísimos perfumes.

Todo esto lo podemos hacer los escritores
y los que pueden y tienen voluntad;
Los artistas con su pincel, su música.
Los hombres y mujeres que predican.

Vamos pues a la obra
Con la ayuda del padre del universo.
Manos a la obra pues, manos a la obra

¡Vamos a trabajar por la alegría!

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