Laurent de La Hyre

En el centro de esta gran composición aparece sentada la personificación femenina de Francia, vestida con túnicas clásicas y sosteniendo una hoja de palmera en señal de victoria, así como un globo terráqueo estampado con flores de lis (desde el siglo XIII, esta flor heráldica de tres pétalos unidas por la base pasó a formar parte del escudo real francés). El personaje alado que aparece de pie detrás de Francia se dispone a colocarle una corona de laurel, seguramente como representación de la Victoria, la Virtud o incluso la Fortaleza o la Constancia, tal como sugiere la columna. Encima de ellas, la Fama celebra las glorias de Francia soplando un cuerno; mientras tanto, el joven muchacho de la derecha parece estar arrojando armas de guerra al fuego en señal de paz. El templo clásico dibujado en el fondo, el cuerno, la cornucopia y la fruta situada a los pies de Francia representan los múltiples y civilizados beneficios de la paz.

Este lienzo de Laurent de la Hyre data del año 1648 y en ocasiones ha sido interpretado como una alegoría del Tratado de Westfalia, que se firmó ese mismo año y que supuso el final de la Guerra de los Treinta Años. La obra también se ha visto como una alegoría de la regencia de Ana de Austria: su hijo Luis XIV tenía sólo cinco años cuando su padre murió, por lo que gobernó Francia en nombre del primero desde 1643 a 1661.

Con información del libro de: Sarah Carr-Gomm. Historia del arte. El lenguaje secreto de los símbolos y las figuras de la pintura universal. Ed. Blume. Barcelona, 2009. 215 pp.

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