Por Tatiana Rodríguez
Miami/Nueva York
Agencia (dpa)

«¿Dónde está mi gente?» es una de las pegadizas frases del éxito musical interpretado por el colombiano JBalvin, un reguetonero obsesionado con llevar la «cultura latina» a lo más alto.

«Lo único que quiero es dejar mi bandera y mi raza en lo más alto», aseguró el cantante en diálogo con dpa. Con la visión que lo caracteriza, José Osorio (como fue bautizado por sus padres) se muestra convencido de que la «música latina está viviendo una revolución».

Para el cantante de 32 años, que se hace llamar por su apellido materno y que no le teme a los tintes ni a la moda, la «sensibilidad y el talante» latinos «son un sello impreso en cada uno de los trabajos que salen al mercado».

Junto a sus colegas Maluma, Sebastián Yatra, Manuel Turizo, Daddy Yankee, Ozuna, Nicky Jam, entre otros, Balvin ha marcado la diferencia.

«Estoy convencido de que vamos a hacer historia», sostuvo el intérprete de «Ay vamos», «Sigo esperándote» y «Safari», canción que grabó con Pharrell Williams y que le dio la entrada al mercado estadounidense.

Lo que empezó como un sueño se ha ido convirtiendo en realidad por la determinación y el apoyo de su familia en cada paso que da. «Mi familia (palabra que tiene tatuada en su pecho) es muy importante, mis padres y mi hermana son mi todo, mi éxito es de ellos también», resaltó.

Su sencillo «Mi gente», grabado en colaboración con el francés Willy William y luego adoptado por Beyoncé, fue el único éxito musical capaz de destronar en agosto pasado, después de 14 semanas seguidas, a «Despacito» del primer lugar en la lista de reproducciones de Spotify.

Además, es la única canción en español que ha permanecido entre los primeros diez lugares de la lista de Billboard durante semanas.

Hace algunas semanas apareció en el programa de Ellen Degeneris, uno de los más populares de la televisión norteamericana y cerró una gira de conciertos denominada «Energía» que lo llevó por todo el continente americano con 29 fechas. Otras tres están pendientes para enero en Europa.

Su postura sobre la discriminación es clara y defendiendo su «raza latina» fue de los pocos artistas que se negó a cantar en Miss Universo en protesta a los comentarios contra la inmigración del presidente y propietario del certamen Donald Trump.

«Somos uno solo, colombiano, venezolano, puertorriqueño, mexicano. No hay diferencia porque estamos aquí para lo mismo, para demostrar que somos más que los estigmas del pasado, somos talento, somos lucha y somos únicos», reiteró.

«Mi música no discrimina a nadie así que vamos a romper», cantó recientemente JBalvin junto a Fresh Montana en la gala de los Grammy Latinos, en la que «Despacito» volvió a llevarse los aplausos con los cuatro premios a los que estaba nominada, uno de ellos a la Mejor Canción del Año.

Nueva York es ahora su hogar. Aunque extraña Medellín, prefiere «pasar desapercibido» en la «capital del mundo», desde donde además de afianzar su carrera musical se ha convertido en un ícono de la moda y un referente de la juventud.

«Yo sé que nos ven niños y jóvenes, que nos siguen todos y por eso tenemos que ser buenos influenciadores sin dejar de ser los humanos que somos», concluyó.

 

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