Por Barbara Munker
Los Ángeles
Agencia (dpa)

A falta de escasas semanas para su 80 cumpleaños, el director Ridley Scott tenía su nueva película «All the Money in the World» lista para estrenar. La gira de promoción había sido programa y el estreno en los cines fijado para el 22 de diciembre, pero en octubre estalló el escándalo por acoso sexual del actor Kevin Spacey y Scott tomó una medida radical: volver a rodar todas las escenas en las que Spacey aparece como el multimillonario Jean Paul Getty pero con Christopher Plummer en el papel del magnate.

«All the Money in the World» («Todo el dinero del mundo») relata la historia del espectacular secuestro del rico heredero John Paul Getty III, que en 1973 estuvo durante cinco meses en manos de unos secuestradores sin escrúpulos. Su abuelo se negó en un principio a pagar el rescate. Los secuestradores llegaron incluso a cortarle a Getty la oreja derecha para presionar. La película cuenta con Michelle Williams y Mark Wahlberg como protagonistas. Spacey tenía un papel secundario.

Scott, que este jueves celebrará su redondo cumpleaños, ha querido sin embargo mantener la fecha de estreno. El veterano realizador se ve capaz de cumplir los tiempos. Rodó la película en apenas 43 días, contó Scott a la revista «Vanity Fair» en octubre, antes de que el escándalo de Spacey estallara. «Soy súper rápido», aseguró el director.

A Scott le gustaría que la película llegue a los cines antes de fin de año y así pueda entrar en la carrera a los Oscar. Tal vez en la próxima temporada de premios le cae una estatuilla al director británico que ha estado nominado en tres ocasiones en la categoría de mejor director: en 1992 por su roadmovie «Thelma und Louise» sobre dos mujeres fuertes (Susan Sarandon y Geena Davis), que disparan a un violador y la policía les persigue; en 2001 por su monumental trabajo ambientado en la época romana «Gladiator» y en 2002 por el thriller bélico «Black Hawk Down», sobre la intervención militar estadounidense en Somalia.

Todavía no tiene en su poder la preciada estatuilla, pero «Gladiator» consiguió cinco Oscars, entre ellos el de mejor película y de mejor actor para Russell Crowe, al que Scott catapultó definitivamente a la fama.

Y aunque cumple 80, Scott no piensa en jubilarse. «Siempre estoy pensando en qué será lo próximo que haga», dijo en octubre a «Vanity Fair». Ahora tiene sobre la mesa dos películas, el drama bélico «Battle of Britain», centrado en los planes de Hitler para conquistar Reino Unido en el verano de 1940, cuando la «Luftwaffe», la fuerza área alemana, comenzó a bombardear Londres.

Además tiene previsto una continuación de «Alien: Covenant», después de ver lo bien que le fue en taquilla en mayo pasado cuando con Michael Fassbender en la gran pantalla volvió a ofrecer ese espectáculo de ciencia ficción y género de terror que despliega cada vez que recupera al «alien» que él inventó.

También estuvo involucrado, aunque sólo desde la producción, en «Blade Runner 2049», la esperada secuela que ha dirigido el canadiense Denis Villeneuve y que se basa en la icónica «Blade Runner», que Scott dirigió en 1982 y que en la actualidad ha está considerado un clásico de culto.

Scott llegó al cine tras dar vueltas en el mundo del arte. Al acabar los estudios en el Royal College of Arts in Londres, trabajó como escenógrafo en la BBC. Pero construir escenarios no era suficiente para él, Scott soñaba con «construir mundos completos». Pronto comenzaron a confiarle la dirección de capítulos en series de televisión hasta que abrió su productora con la que se dedicó a la publicidad.

Tras rodar unos 2.000 anuncios, en 1977 debutó en la gran pantalla con un relato de Joseph Conrad («The Duellists»/ «Los duelistas»), que fue distinguida en Cannes como ópera prima. Pero el gran salto internacional lo dio apenas dos años después con una película de ciencia ficción que supone un antes y un después en el género: «Alien» («Alien, el octavo pasajero») con un estilo visual único y un monstruo espectacular que le valió el Oscar a los mejores efectos especiales.

 

 

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