Por Christina Horsten
Nueva York
Agencia (dpa)

Las subastas de otoño de Nueva York de este año no han empezado aún pero ya están dando que hablar: gran parte de la expectativa está puesta en «Salvator Mundi», la última obra conocida en manos privadas del artista italiano Leonardo Da Vinci (1452-1519), cuyo último propietario fue el multimillonario ruso Dmitri Rybolowlew.

Según la casa de subastas Christie’s, este retrato de Jesucristo realizado en óleo en torno al año 1500 será la pieza principal de las subastas que arrancan este lunes y que durarán cuatro días, tanto en la casa Christie’s como en Sotheby’s.

Christie’s espera subastar la obra de Da Vinci en alrededor de 100 millones de dólares y al parecer un comprador anónimo ya se mostró dispuesto a llevársela por ese valor el próximo 15 de noviembre.

«La cuestión ahora es si habrá otros postores que lo consideren un buen precio», dice la experta en arte Mario Maneker. «La fuerza de atracción se basa principalmente en la indescriptible conexión de la obra con la historia y la posteridad», agrega al reflexionar sobre los factores que pueden intervenir en la decisión de comprar un Da Vinci.

A modo de ejemplo, Maneker menciona que un potencial comprador podría ser alguien con intenciones de abrir su propio museo y que, por lo tanto, se encuentre en busca de una obra central con la capacidad de atraer y convocar al público.

Sin embargo, la subasta de «Salvator Mundi» plantea también varios interrogantes entre los expertos en arte. Muchos se preguntan por qué Christie’s ofrece la pintura como parte de su subasta de «arte contemporáneo y de posguerra» cuando la obra tiene más de 500 años.

«La obra de Leonardo tiene una influencia tan grande en el mundo del arte de hoy como en el de los siglos XV y XVI», explica Loïc Gouzer de la casa de subastas. Los críticos creen que simplemente se trata de un intento de aprovechar para subir el precio de la pintura, al colocarla en la subasta tradicionalmente más importante.

El tema del precio justamente es otra de las cuestiones que provocan dudas. ¿Cien millones de dólares por la última obra conocida de Da Vinci de propiedad privada, que se creyó destruida durante mucho tiempo, teniendo en cuenta que en el mundo hay solo 20 pinturas conocidas del artista italiano?

Muchos consideran que está «infravalorada», dice Maneker, quien recuerda que de hecho en mayo se subastó una obra de Jean-Michel Basquiat (1960-1988), de quien existen claramente más pinturas que de Da Vinci, por más de 110 millones de dólares.

De todos modos, lo cierto es que el mercado se inclina hoy más por el arte moderno, los viejos maestros están «out», según los expertos. Además, «Salvator Mundi» no se encuentra en las mejores condiciones.

Más allá del Da Vinci, las subastas de este otoño traen también otras valiosas propuestas.

«En el último año y medio el mercado ha dejado de ir detrás de los grandes trofeos de decenas o cientos de millones y se ha volcado más en obras de alta calidad de artistas modernos o contemporáneos que hasta ahora se habían pasado por alto», cuenta Maneker.

Por eso es que las cifras de ventas se mantienen en niveles bajos pese a que el mercado del arte se encuentra más activo de lo habitual, explica la experta.

La situación política en Estados Unidos bajo la polémica presidencia de Donald Trump por el momento no parece haber tenido una influencia significativa en el mercado del arte, agrega Maneker.

 

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