“Maison Au Toit Rouge”
1887

Un destacado postimpresionista francés, Paul Cézanne, atraviesa el siglo XIX impresionista hasta llegar revolucionariamente al siglo XX cubista. Ambos, Matisse y Picasso, reconocen en Cézanne “el padre de todos nosotros”. Aunque su trabajo artístico fue subestimado e incluso ridiculizado en su momento, su estudio sobre la percepción visual, la simplificación geométrica y la experimentación con las fracturadas formas fueron parte de su estilo a lo largo de su vida. Cézanne fue un artista egocéntrico y enigmático que trabajaba frecuentemente en solitario, marginado incluso por su propia familia.

Los motivos artísticos que animan a Cézanne no eran simplemente rocas y hierbas, sino las relaciones entre las hierbas y las rocas, los árboles y las sombras, las hojas y las nubes, las cuales desarrollaban infinidad de pequeñas pero igualmente valiosas e interesantes verdades cada vez que el viejo movía su caballete o la cabeza. Ese proceso de observación, esa suma y evaluación de opciones, es lo que concretiza el peculiar estilo de Cézanne: los contornos quebrados, los trazos de lápiz unidos, son emblemas de escrupulosidad en medio de un mar de dudas. Todos los óleos o acuarelas tratan del motivo artístico, pero incluyen también otro tema: el proceso de la percepción del motivo artístico. Nunca antes ningún pintor había sometido su capacidad de observación a ese proceso tan francamente.

Con Cézanne, como ha observado en otro contexto la crítica Barbara Rose, la afirmación: “Esto es lo que veo” es reemplazada por la pregunta ¿Es esto o que veo?”.

Con información:
1. Robert Hughes. “El impacto de lo nuevo. El arte en el siglo XX”.
2. http://www.art.com/products/p12982626-sa-i2218470/paul-cezanne-maison-au-toit-rouge-house-with-a-red-roof-1887-90.htm

 

 

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