Una colaboración de Ivonne Monterroso | Barrancópolis

Había llegado el día, tiempo atrás conversé con el editor de este magno espacio cultural para ver “qué onda”, si me iba dar la dicha de cubrir la celebración de los 10 años de The Killer Tomato!, me dijo que sí, decidimos juntarnos horas antes del toque (a eso de las 14:00) en frente del Lux.

Después de un ligero retraso y de un breve debate sobre a dónde queríamos ir, decidimos que lo más sensato era ir por unas chibolas a “El Portalito”. Estando allí, compartiendo una mixta y un ojo rojo, hablando de nuestras vidas amorosas no tan “amorosas”, comenzaron a distraernos un grupo de señorones bien rucotrones. Estos ya rondando los 60 y pico de años, se miraba que eran amigos desde patojos y que se juntaban cada tanto a compartir un almuerzo y unas chelitas. Entre tanta conversación, marimbón y minitostaditas, de la nada uno de ellos saca su celular para mostrarle una foto porno –bastante explícita– al amigo que tenía a la par. Yo me impresioné bastante, Salazar sólo se comenzó a reír, ya luego la fresqueamos pero no podíamos evitar seguir viendo esas fotos que se mostraban tan tranquilos. Estaba convencida en que toda conversación en la que yo participaba siempre esta se tornaba o trataba de temas sexuales, ya me empecé a hacer a la idea.

Terminando las chibolas decidimos ir a esos bares bajos pero chileros, donde el ambiente lo pone la diversidad de personas que llegan y la rockola, íbamos recorriendo bares, anécdotas, preparándonos para la noche. Seguimos dando vueltas, fuimos por un té, nos sentimos jípsteres por un momento; volvimos a Mi Verapaz y nos encontramos con más amigos que estaban prestos y dispuestos para pasarla bien. A eso de las 21:00 horas decidimos caernos al toque en La Bodega. Ya estaban los muchachos de SKD2 poniendo buen musicón al ambiente, a medida que pasaba el tiempo se iba llenando un cacho más el lugar, una de las canciones que más nos “prendió” fue Esos Chayes, ideal para que los engasados se la dedicaran a sus agarres, novio, novia, fuck buddies, amiguis, y cuánto término posmo más. Me llega la energía y ganas con la que tocan siempre que los veo.

Tuvimos una sorpresa –bastante inesperada como cualquier sorpresa– se trataba de una colaboración de Fabiola Roudha con los SKD2. Sacaron una versión de Come on eilen del grupo californiano de ska-punk Save Ferris. No sonaba mal, es más, atrajo mucho la atención de los asistentes porque nadie imaginó semejante invitada.
Despuesito de los SKD2, se subieron al escenario los Trinky, con su temática siempre ska pero con un toque más intenso de punk y metal; los había escuchado antes pero no tan a detalle, era la primera vez que los veía en vivo y me quedé muda –por no decir mula– cuando vi a la guitarrista tocando, cada día hay más power femenino en bandas así en Guatemala. Los muchachos punketos pusieron a la mara más rex a armar el circle pit. Al rato, luego de salir a tomar aire y echarnos unos “juguitos” y el cigarrito correspondiente, volvimos a entrar para seguir con el buen ska, ya era la hora para que los cumpleañeros subieran al stage, sí, señores y señoras, se venía The Killer Tomato!

Todos estábamos allí por ellos –y también por los invitados especiales, hay que ser realistas–. Comenzaron a tocar, y lo primero que pude notar dentro de ese ambiente es que todos tienen el mismo paso para bailar, yo no sabía bailar ska, allí aprendí e inventé unos pasos nuevos, siempre ayudándome de mi pelambrera larga y lisa, ya luego me creía toda una experta al moverme. Siguió el buen ambiente y como buenos cumpleañeros anfitriones tocaron las canciones que son más conocidas y las más “pegonas”, como Amigos de Medio Tiempo, poniéndonos a cantarla –en mi caso, gritarla–, El Túnel del Tiempo, Casa Paraíso y demás rolillas.

Entre banda y banda, mirando a todos lados, como suelo hacerlo todo el tiempo por mi instinto paranoico natural, miré hacia arriba: había unas gradas estilo caracol de color rojo sin baranda, así, a lo suicida. Miraba a la mara subir de lo más fresca y empecé a ver a unos rucos y rucas, sí, señorones y señoronas. Supuse que habían llevado a sus hijos al toque y los estaban acompañando a una “distancia apropiada”, de ahuevo que tus viejos te hagan huevos para esas ondas, me llega.

Como es usual en cualquier toque (bendito padre celestial por eso) había comida, pedí un shuco de a Q10, esperé un cacho para que me lo sirvieran, pensando que me iba a salvar la vida. Después de hacerme bolas escogiendo qué le iba a echar a mí siempre favorito shuco de chori, decidí introducirlo a mi boca rápidamente por el hambre que cargaba, al final no estaba tan rico, necesitaba más saborcito, que yo pudiera decir “shhh, que delicia”, pero nel, no sucedió.

Llega el turno de Fernando Albareda (extrombonista de los Fabulosos Cadillacs) de subir al escenario junto a Capone, banda integrada por mara de Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Argentina. Una mezcla bien engasada, la verdad. Comenzando aquellos a tocar me acerqué para ver quien cantaba y no daba, no miraba –por mi estatura, no soy muy alta– hasta que me fui colando más pude ver que el baterista era el vocalista, “¡que cabrón!” me dije, mientras interpretaban temas muy conocidos de ska, algunos clásicos como Calaveras y Diablitos de los Fabulosos Cadillacs, y mientras esta rola sonaba me propuse ver qué onzas, si había más comida y nanai, luego sonó Stand By Me que fue coreada por la multitud, algunos no tenemos la mejor pronunciación en inglés pero nos hacemos el quite en medio de los gritos.

Entre tanto y tanto habían pasado unos minutos de la media noche, salí un momento del lugar y ¡zas! que llegan los polis a decir que habían quejas por parte de los vecinos –¡aburridooos!– y que a la 1:00 de la mañana ya no debía haber gente en el lugar, el chavo de la puerta le dijo que fresco, que ya todo iba a terminar. Dicho y hecho, minutos antes de la 1:00 ya todos estábamos yéndonos de allí, varios seguíamos con el feelin aún en nuestros esqueletos, queriendo un poco más pero ya no se iba a poder, así que toca esperar otro buen toque como este para otra ocasión; tal vez ahora sí me meta a la “ruedita” para ver qué sale, tal vez no, algún día de estos lo sabré.


Ivonne Monterroso. (Guatemala 1994 – …) Morena de ojos grandes, melómana, «tía cosa» por las noches, cantante de ducha, inquieta por naturaleza, astral nebulosa, soñadora y amante de todo.

…lo primero que pude notar dentro de ese ambiente es que todos tienen el mismo paso para bailar, yo no sabía bailar ska, allí aprendí e inventé unos pasos nuevos, siempre ayudándome de mi pelambrera larga y lisa…

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