Por Salazar Ochoa
Fotografías de Ameno Córdova

La señorita Vargas en la actualidad es quizá la escritora más en forma de la disciplina literaria en Guatemala. Sus publicaciones siempre son bien recibidas por la crítica especializada y por la que no lo es tanto. A la redacción de La Hora, las generosas muchachas de Ediciones Del Pensativo hicieron llegar una copia de su último libro el cual lleva por título “Después del fin”, una serie de relatos breves (golpecitos limpios) que hablan de la vida, la ciudad, la cotidianidad y también de la muerte. Decidí reunirme con Vania para conversar acerca del material y conocer detalles sobre la gestación del nuevo retoño.

Consideré apropiado invitar a don Ameno Córdova, el afamado fotógrafo y cineasta venido a menos para que nos acompañara a hacer las fotografías aprovechando que le debía un almuerzo. Ella y yo pedimos pollo, el señor Córdova se inclinó por una mojarra y casi no habló durante el almuerzo más que para pedir más fresco o cuestiones por el estilo. A continuación un fragmento de nuestra charla en el restaurante del Hotel Maya Excélsior en la ciudad de Guatemala.

¿Por qué tuvimos que esperar tanto tiempo por tu narrativa después de tanta poesía aburrida que habías publicado?

Jajajá Fíjate vos que fue algo totalmente circunstancial. Yo desde el principio escribía cuentos, quería ser narradora y los relatos fueron apareciendo en periódicos, en revistas y en antologías. Pero no los había reunido en un solo libro. Aunque ya tenía los textos y sabía que en algún momento se convertirían en un libro no quería que fuera en una simple recopilación de cuentos.

La idea fue madurando con el transcurso de los años, estaba buscando un sentido y me topé con un montón de textos que hablaban acerca de la cotidianeidad, de los días y de la muerte. Traté de agruparlos en una sola idea. Al principio tenía la intención de armar un solo relato a partir de todos los cuentos sin que el libro conformara una novela.

“Después del fin” como su nombre lo indica, es lo que sucede después de la muerte. Pero no hablo del plano metafísico de cuando nos morimos y si hay vida después de la vida. La idea es ¿Qué pasa después de la muerte?, acá. Me refiero a este plano, ¿Qué pasa después de que alguien se muere?, todo sigue igual.

¿Cómo surgió el concepto? Te diste cuenta de que había una coincidencia y que todos tenían el eje de la muerte o los fuiste acoplando uno a uno hasta…

Sí, me tocó revisar los cuentos y darme cuenta. ¿De qué se trata esto? La cotidianidad y la ciudad está en todos, la muerte está en muchos de los relatos. En este libro no están todos los cuentos, deseché algunos para siempre o bien no los usé porque más adelante van a formar otra cosa.

¿Cómo es tu relación con los editores?

He tenido la fortuna enorme de no tener problemas con mis editores. Los cambios que me han pedido han sido siempre muy leves y en el caso de este libro fueron algunas palabritas y nunca tocaron las ideas o la estructura de los relatos y por eso se publicó tan rápido. El libro lo entregué a finales de julio del 2015 y ahora ya está por presentarse.

También soy editora y por eso creo que tengo esa cuestión, disfruto el hecho de escribir pero también me esfuerzo por tener la capacidad de desdoblarme y convertirme en editora posteriormente y ver ya con otros ojos los cuentos para tratar de darles… no sé, la limpieza necesaria.

¿No has caído en cuenta de que la mayoría de los relatos incluidos en “Después del fin” tienen madera para convertirse al cine y hacerlos cortometrajes?

No lo había notado pero así como vos lo decís y como lo dijo Arnoldo en el prólogo del libro, tengo una relación estrecha con el cine. Leo, las lecturas han existido a lo largo de mi vida y de mi formación para escribir pero a la par de toda esa literatura y los libros están las películas. Para mí la piratería ha sido una bendición (jajajá).

¿Te gustan mucho las películas del viejo oeste? Lo digo por la descripción que hace Gálvez Suárez en el prólogo del libro.

Me gusta toda clase de cine, lo que me pasa con el Western o con la violencia tiene que ver específicamente con los vaqueros italianos, ellos son una especie de superhéroes, son quienes ya lo han perdido todo y llegan al punto en el que si la justicia les pide un favor para algo bueno, ellos van y lo hacen pero si les piden favor por otro lado para que cumplan con alguna venganza o algo turbio pues también lo hacen. Tienen esa capacidad de que podrías hacerles volar el sombrero y ni siquiera parpadean. Están en un pedestal, perdieron toda vulnerabilidad y son invencibles.

¿Cómo creés que la gente va asimilar estos relatos, aquellos que ya están acostumbrados a tu poesía?

Es algo que me sigo preguntando. Sí me dio un poco de temor que la gente estuviera esperando algo muy similar. Me refiero a esos sentimientos que han aparecido en las publicaciones anteriores. Esto realmente es otra cosa. La verdad no sé, sigo esperando la reacción de la gente a ver si no me van a terminar odiando.

¿Qué hay en este libro que te causa satisfacciones distintas a las de las publicaciones anteriores?

Se dio una especie de evolución que viene desde la narrativa, con los poemas también estoy contando historias pero es desde un yo poético, una sola persona. En estos cuentos está más presente la transposición de quien cuenta, hay más gente involucrada, más personajes.

Este libro está mucho más cercano a mis inicios como escritora. A esa cuestión de contar una historia en horizontal así como es y no a la evolución está en donde estoy contando una historia pero con una estructura vertical y que va a ser mucho más rápida, más breve. Si bien los relatos de este nuevo libro son breves, son mucho más extensos de lo acostumbrado.

Siempre estoy esperando que llegue el momento que me dé un golpe de belleza o de algo que me sorprenda. Con eso es con lo que me quedo al final del día.

¿Tenés algún tipo de ritual cuando te proponés escribir? ¿Te ponés bajo los efectos de alguna droga o le metés al rock?

Siempre cargo una mi libretita en donde voy apuntando las cosas, no tengo rituales. Me gusta el encierro y el silencio, eso es lo que necesito.

Tras la observación y los apuntes yo ando chineando las imágenes todo el tiempo, tampoco es que la vida de regale tantas cosas, o sea tanta imagen y tanta sensación porque aunque vayás y estés bien atento a veces esto realmente es un desierto. Entonces como son tan pocos los estímulos que recibís procurás andar chineándolos y de repente ves algo más y te remite a ese estimulo. Ahí es cuando eso va creciendo y convirtiéndose en una idea más constante.

Reviso mi colección de imágenes que fui recogiendo en la calle y escojo la imagen que me haga sentir más.

Antes creía que necesitaba mucho silencio y que nadie me molestara pero de repente me di cuenta que la necesidad te daba la habilidad de escribir en un ratito en la oficina o en cualquier parte y la mara podía estar pasando, hablando y podía hacerlo. Te vas dando cuenta de cómo el oficio va evolucionando y de repente podés hacer las cosas sin necesidad de ese silencio y aislamiento total del escritor.

¿Hay una novela tuya esperando a ser publicada?

Creo que no. Si algo me ha interesado todo este tiempo al momento de contar historias es la brevedad es decir, si nos ponemos cortazarianos a mí me gustan los knock outs, eso es lo que espero del arte y entre más breve mucho mejor.

Siento que la novela requiere un talento… no sé, hay que alargarse más, hay que decir más, describir más, poner a la gente a hablar. No sé, siento que es un talento que yo no tengo. Le apuesto mil veces a la brevedad y sí, seguiré experimentando en ese campo.


Vania Vargas (Quetzaltenango, 1978) Escritora y poeta guatemalteca. Tiene una licenciatura en letras por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es periodista cultural y correctora de estilo. Escribe en revistas y periódicos nacionales y su obra ha sido publicada en algunas antologías, «El futuro empezó ayer «/Catafixia Editorial (2012), «Ni hermosa ni maldita: Narrativa guatemalteca actual» (2012), «Brevísimos Dinosaurios»/CCE (2009). Ha publicado los libros de poesía «Cuentos Infantiles» (Catafixia Editorial) y «Quizás ese día tampoco sea hoy» (Editorial Cultura) ambos en el 2012. El año pasado publicó “Señas particulares y cicatrices” con Catafixia Editorial.


“Después del fin” de Vania Vargas será presentado el jueves 12 de mayo de 2016 en la Biblioteca Nacional Luis Cardoza y Aragón, 5ta avenida 7-26 zona 1 ciudad de Guatemala a las 18:00 horas.
Participan Eduardo Juárez, Martín Díaz Valdés, Carlos Meza y la autora.

“…si nos ponemos cortazarianos a mí me gustan los knockouts, eso es lo que espero del arte y entre más breve mucho mejor.”

“Siempre estoy esperando que llegue el momento que me dé un golpe de belleza o de algo que me sorprenda. Con eso es con lo que me quedo al final del día.”

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