Por Gustavo García

Incubus es de esas bandas con las que tengo una relación que se siente personal. Recuerdo muy bien la primera vez que los escuché. Era probablemente el año dos mil y todavía existía una radio “alternativa” para las almas rockeras pre-adolescentes como la mía. En ese momento era la 96.5 FM y pusieron “Pardon Me”. Ese intro espacial me atrapó y cuando entró el guitarrón de Mike Einziger me volví fan. Esa mezcla de muchos efectos de guitarra, el DJ (tan popular en esa época en las bandas mainstream), una bataca de locos y la increíble voz de Brandon Boyd me engancharon.

Me quedé queriendo escuchar más. Por suerte mi primo Edgar (q.e.p.d.) nos regaló (a mí y a mi hermano) una copia pirata de “Make Yourself”. Para mí “When it comes” es la mejor rola de ese disco. Mi hermano se obsesionó y lo puso a todo watt una vez tras otra. Hasta el momento, es su banda favorita.

Unos años después salió el “Morning View”. Con el cual también recuerdo exactamente en donde estaba cuando lo escuché por primera vez. Fue durante una época difícil en nuestra familia y ese equilibrio entre guitarras fuertes y baladas fue el soundtrack perfecto. Desde la rabia de “Blood On The Ground” pasando por el mar hecho canción “Wish You Were Here”, la romantiquísima “Echoe“ y una de las mejores canciones de cierre de álbum que he escuchado, “Aqueous Transmission”. El disco fluye una genial canción tras otra. Es relajado, rockero, experimental, melódico y totalmente único. Otro dato importante es que memoricé las letras leyendo el “librito” del CD original. Un melancólico recuerdo de un melómano dosmilero.

Aunque expandí mis gustos a otros géneros, siempre le seguí la pista a Incubus. “A Crow Left of The Murder” su siguiente disco no conectó tanto conmigo pero igual es un gran material. “Light Grenades” fue otro gran disco (en ese se incluye la obra maestra “Dig”). Le siguió tal vez su disco menos popular “If Not Now, When?”. El cual personalmente me gustó mucho. Es un disco bajado de tono con los instrumentos con un volumen bajo en donde el mayor atractivo es la voz de Boyd. Si algo caracteriza a Incubus es la solidez de su material. Nunca cohesivo pero siempre interesante y con una visión adelante, trabajo tras trabajo.

Incubus es de esas bandas que parecen gustarle a todo mundo. Las que como Red Hot Chili Peppers, Blink 182 y Foo Fighters, nos conectan a los que crecimos en ciertos años entre los finales de los noventa y principios de los dos mil. Honestamente nunca siquiera me pasó por la mente verlos tocar en Guatemala. Así que aunque estemos en otra época de nuestras vidas, lejana a cuando Incubus era verdaderamente popular, será un total agasajo escucharlos en vivo. Espero traigan la energía y la experiencia del éxito que tan pocas bandas han logrado en el mundo. Probablemente me darán otro momento que no se me va a olvidar.


El concierto

Incubus se presenta la noche del sábado 5 de marzo en el kilómetro 37 de Carretera a El Salvador, en el lugar conocido como El Jocotillo. Ese mismo día tendrán como teloneros a El Sargento Pimienta, Kontra, Iguanamanga, Easy Easy, Bohemia Suburbana y Molotov.

Las entradas más baratas se pueden adquirir desde los Q670 y las más cariñosas pueden llegar a costar hasta Q1 mil 890 (incluye el viernes 4) y se pueden adquirir en línea a través Tikkibox.com

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