Por Alejandro Ramírez
aramirez@lahora.com.gt

La Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias será testigo de un evento trascendental; la fusión entre la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y la banda de rock Simbiosis para rendir tributo a la legendaria agrupación progresiva británica Pink Floyd. La maestría de 78 músicos en escena con el respaldo de un fastuoso despliegue de luces y proyecciones augura una velada audiovisual que será la delicia de los melómanos más exigentes.

La relación entre la música académica y el rock no es precisamente nueva, fuera de algunas colaboraciones esporádicas en estudio y la experimentación de Frank Zappa con la Abnuceals Emuukha Electric Symphony Orchestra, podríamos ubicar el primer registro formal y completamente estructurado de simbiosis entre una banda de rock y una orquesta en 1969, en la composición de Jon Lord “Concerto for Group and Orchestra”, interpretada por Deep Purple junto a la Royal Philharmonic Orchestra, bajo la dirección de Malcom Arnold. Los mismos Pink Floyd experimentarían al año siguiente en la accidentada “Atom Heart Mother Suite”. En lo posterior seguirían numerosas propuestas, algunas más afortunadas que otras, que van de la criticada primera parte de la obra doble “Works” de Emerson Lake and Palmer de finales de los 70, pasando por la inconmensurable “Art of Life” grabada por X Japan y la London Philharmonic Orchestra, en 1993, llegando a la popular pero poco propositiva entrega de Metallica con la San Francisco Symphony bajo la dirección de Michael Kamen en 1999.

En Iberoamérica podemos mencionar como referencias la grabación de los colombianos Kraken en su disco “Kraken Filarmónico” de 2006, junto a la Orquesta Filarmónica de Bogotá y a Barón Rojo con su placa “En Clave de Rock”, de 2009, registrada en directo con la banda sinfónica C.I.M. de Mislata, Valencia, entre algunas otras.

En Guatemala ha habido también algunos acercamientos; como los conciertos de Alux Nahual junto a una orquesta formada por estudiantes del Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara, bajo la dirección de Martín Corleto en 2010, del cual se realizarían dos réplicas, dejando como testimonial el DVD “Alux Nahual Sinfónico”. También los conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional junto a Los Bichos, rindiendo homenaje al mítico cuarteto de Liverpool The Beatles, bajo la conducción del maestro Marvin Ardany López.

La banda inglesa progresiva Pink Floyd será en esta oportunidad el vínculo entre dos escuelas musicales: la rockera y la académica.

Según comenta José Farnés, de BA Producciones, coordinador del evento, todo inició de una plática hace unos diez años con Roberto Soberanis y Gabriel Lepe (músicos de la banda Simbiosis), sobre hacer un tributo a Pink Floyd bien hecho y así se realizó en el antiguo Bad Attitude, esto dio paso a soñar en grande, realizando un primer concierto en el Teatro Lux, con la Orquesta Nueva Filarmonía en julio de 2013.

“Será un hecho histórico pues en sus 71 años de existencia es la primera vez que la Orquesta Sinfónica Nacional de Guatemala interpretará algo tan experimental relacionado con el género rock, acota Farnés.

Se necesitó un año de trabajo y gestiones para orquestar todos los elementos necesarios para la ejecución del tributo sinfónico a Pink Floyd del próximo viernes 5 de febrero; permisos, ensayos, difusión.

Las partituras de los arreglos orquestales estuvieron a cargo de Gabriel Lepe.

Gabriel Paredes Gil, ganador del concurso de dirección orquestal de la “Ecole Normale de Musique de Paris, Alfred Cortot” y actual director de la Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal, será el encargado de tomar la batuta para esta velada.

En el recital se ejecutarán más de dos horas de música recorriendo los temas más representativos de la discografía de la agrupación.

El concepto musical será respaldado visualmente por un espectacular juego de luces y las proyecciones de VJ Manía.

Sería impreciso aseverar que ya se han derribado todas las barreras entre la llamada música culta y la popular, aun así cada uno de estos híbridos sonoros han ido allanando el camino, reduciendo la brecha y dejando atrás la anacrónica idea de entender el rock como música eminentemente ligera, al mismo tiempo venciendo en algún punto los naturales prejuicios, alcanzando otro nivel de entendimiento y respeto mutuo.


Principales retos del tributo

El montaje de un evento como el tributo a Pink Floyd por parte de la Orquesta Sinfónica Nacional y Simbiosis implica desafíos en diferentes aspectos, tanto desde la perspectiva técnica y el montaje como desde la parte artística, acá las observaciones de algunos de los involucrados sobre los retos particulares de este ambicioso proyecto.

_Cul23_2«De mi parte veo varios retos; realizar un tributo de alto nivel, en un lugar catalogado como uno de los mejores teatros del mundo, romper con esos 71 años de existencia de la Orquesta Sinfónica Nacional atreviéndose a interpretar algo diferente a lo que ellos están acostumbrados como orquesta. La fusión de una banda de rock tocando temas de esta gran banda inglesa Pink Floyd. Y por qué no decirlo, el precio que se está cobrando por entrada, el público guatemalteco no está acostumbrado a pagar por show así, realizado 100% con producción guatemalteca”.
José Farnés, Productor del concierto.

_Cul23_3«Tomando en cuenta la apertura que la Orquesta Sinfónica Nacional ha tenido, con este tributo se desea demostrar que se quiere llegar a todos los gustos musicales, y que la orquesta no se circunscribe solo a los sinfónicos clásicos para complacer así a todos los gustos musicales de todo el país, por lo que interpretar la música de esta banda inglesa ya es todo un reto”.
Patricia Palacios, Representante de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN)

_Cul23_4«A mi forma de ver, el mayor reto para este concierto ha sido la adaptación de la música; buscar la manera de que exista un perfecto balance entre la música, entre la banda rock y la orquesta, darle a todos su respectivo lugar en el espectro sonoro”.
Carlos García, Guitarrista de Simbiosis.



Viernes 5 de febrero de 2016
Gran Sala Efraín Recinos
Centro Cultural
Miguel Ángel Asturias
24 calle 3-81, zona 1
20:00 horas
Balcón Q250
Platea Q275
Boletos en Todoticket.com

PROMOCIÓN:

La Hora tiene dos entradas de cortesía para este evento, las primeras dos personas que llamen el jueves a partir de las ocho de la mañana al 2423-1800, extensión 131, con Jonathan Salazar serán las ganadoras.


78

Músicos en escena darán nuevas texturas a los temas clásicos de la banda inglesa.


La leyenda del rock progresivo

La agrupación Pink Floyd ha ganado por pulso propio un espacio en el parnaso de las bandas progresivas que tuvieron su mayor auge después de la segunda mitad de la década del 60, imperando por casi dos más en la escena mundial. Junto a sus contemporáneos Yes, Genesis, King Crimson y ELP marcaron un hito en la cultura pop, gracias a su alto contenido musical y conceptual.
Destacaron desde sus inicios en Londres, Inglaterra, bajo el nombre de “Sigma 6” en 1964, en la búsqueda de un sonido propio, pasando por algunos nombres más, en la etapa más sicodélica de la banda bajo el mando del guitarrista y cantante Syd Barrett, pero sería hasta 1967 que el concepto se cataliza con la salida de Barrett y el ingreso del guitarrista y cantante David Gilmour, quedando la alineación clásica y reconocida ampliamente, que incluía al bajista, cantante y compositor Roger Waters, el tecladista y compositor Richard Wright y el baterista Nick Mason.
Con esta formación alcanzarían el éxito grabando cuatro discos icónicos durante los 70: “The Dark Side of the Moon” (1973), “Wish You Were Here” (1975), “Animals” (1977) y “The Wall” (1977), de ahí vendría cierta caída comercial y problemas a lo interno del grupo durante la grabación y lanzamiento del disco “The Final Cut” en 1983, sin la participación de Richard Wright, por problemas con Waters, al igual que la confrontación de este último con David Gilmour, quien tuvo una participación bastante discreta y limitada durante el proceso. Todo esto desembocaría en la salida posterior de Waters y en la pugna legal por el nombre de la banda y los derechos para interpretar los temas. En 1986 Guilmour y Mason se reúnen para reformar Pink Floyd, esto daría como resultado la placa “A Momentary Lapse of Reason” lanzada en 1987. En 1993 se anuncia el regreso de Richard Wright, grabando el ampliamente difundido “The Division Bell” en 1994.
En 2008 fallece Richard Wright a consecuencia de un cáncer, terminando con las expectativas de muchos de ver a la formación clásica de Pink Floyd por fin reunida.
En 2014 se publicaría el disco “Endless River” con material descartado en su momento de las grabaciones del Division Bell, dedicado de manera póstuma a Wright.

Orquesta Sinfónica Nacional
La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), fue fundada en 1936, por el presidente de esa época, Jorge Ubico Castañeda. En ese entonces se conoció como Orquesta Liberal Progresista, pertenecía al entonces llamado Ministerio de la Guerra, hoy Ministerio de la Defensa. Estaba integrada por jóvenes valores del Conservatorio Nacional de Música. El nombre fue modificado el 11 de julio de 1944 por Acuerdo presidencial suscrito por el general Federico Ponce Vaides; posteriormente pasa a formar parte de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación, en la actualidad Ministerio de Cultura y Deportes. Según Decreto 80-91 del Congreso de la República, del 27 de noviembre de 1991, es elevada a la categoría de Patrimonio Cultural, con el objetivo de protegerla y preservarla, tomando en cuenta también el archivo musical que comprende partituras clásicas y contemporáneas de artistas nacionales e internacionales.

Simbiosis
Simbiosis inicia a gestarse en las mentes de Gabriel Lepe y Roberto Soberanis, ambos estudiantes del Conservatorio Nacional de Música, en 1998, teniendo como marco de referencia la pasión de ambos por Pink Floyd, la idea original era tocar íntegramente el disco P.U.L.S.E. iniciativa que no se logró entonces por las dificultades técnicas que representaba la puesta en escena. La semilla iniciaría a germinar en 2006 con el apoyo de José Farnés de BA Producciones, logrando hacer el montaje de los discos; “The Wall”, “Animals”, “The Division Bell”, “The Endless River”, para desembocar en este magno evento junto con la Orquesta Sinfónica Nacional. Cada detalle ha sido minuciosamente estudiado; llegando a adquirir equipo de las mismas marcas que utilizaba la banda británica para recrear la atmósfera exacta, con su particular sonido en cada pieza, de la mano con la interpretación de cada uno de los músicos que actualmente conforman Simbiosis.

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