POR REDACCIÓN CULTURA

“Nos hacen olvidar, con dulzura apacible, la agitación, el ritmo alocado de nuestros ajetreos”, sumergiendo al espectador en una plácida “despreocupación”, fuente de magia y pureza de González, que revela un mundo no contaminado ni convulsionado.

Silvia Herrera, crítica de arte, refiere que más que perderse en los por menores que atraen y que permiten que la vista recorra el plano pictórico, es importante observar la estructura, la configuración del espacio, las líneas de composición que “vertebran” a cada obra.

“Pienso en estas obras como un cosmos bien armado y aderezado con minucia. Permiten evocar los tejidos mayas compuestos por la fuerza de la trama y entretejidos por la urdimbre. Dulce María ha ido afinando puntería en su estilo, ha afianzado su vocabulario innegablemente cercano al de su padre, pero suyo al fin porque se muestra con la llaneza de una imaginación rica en motivos universales asequibles a todas las personas”, concluye.

La muestra de González será inaugurada mañana a las 18:30 horas, en la Sala del Artista, Hotel Santo Domingo (3 calle oriente no. 28 “A”, en la Antigua Guatemala), y permanecerá abierta hasta el 7 de septiembre.

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