Manlio Argueta
Escritor

Descansa en paz, Mario Roberto Morales en la tierra sagrada de tu patria Guatemala. Te conocí en Costa Rica, donde compartimos tantos momentos literarios. No sé si fui Jurado que premió «El Esplendor de la Pirámide», o si le hice un prólogo. No importa mi mala memoria. Lo importante es que desde entonces nos hicimos buenos amigos. Porque me entusiasmó su novela, y él se sintió complacido de mi emoción frente a él como escritor.

Un año antes yo había ganado el Premio Latinoamericano de Novela en Casa de las Américas “Con Caperucita en la Zona Roja”. De modo que dos novelistas de distintos países de Centroamérica, nos reuníamos con mucha complacencia en el tercer país que nos acogía con su academia y amistades abiertas, como guatemalteco y salvadoreño.

 

Éramos hermanos de la literatura y hermanos de esa diáspora perversa de las verdaderas dictaduras que se silencian mediáticamente (las que expulsan, las que asesinan, las que torturan, las que disparan a la población, los que se enriquecen con los impuestos).

En esa época estuvimos abrigados por un tercer país acogedor como lo fue Costa Rica. Años inolvidables que creo interpretar para él. Como lo siguen siendo inolvidables para mí. Nunca olvidaré tu sonrisa con señal de ironía, aunque casi siempre estallaba en risa abierta y alegre. Creo que me tomaba como un hermano mayor al que no se le olvida. Por eso continuó la comunicación, hasta donde lo permiten las barreras erizas de nuestros países.

Descansa en paz querido Mario Roberto. Y continúa viviendo en tus novelas.

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