En su respuesta al Subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, la Fiscal General le hizo ver que somos un país soberano y que ningún otro Estado se puede meter en nuestros asuntos. Es importante, entonces, hacer algunas reflexiones sobre nuestra soberanía y para ello nada mejor que remitirnos a lo que de ella dice la Constitución Política de la República de Guatemala que, en su artículo 140 establece que Guatemala es un Estado libre, independiente y soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y de sus libertades con un sistema de gobierno republicano, democrático y representativo. El siguiente artículo, el 141, explica la soberanía en estos términos: “La soberanía radica en el pueblo quien la delega, para su ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial”.
No dice, en absoluto, que la soberanía radica en los financistas que amañan las elecciones ni en los Gustavos Alejos que controlan las Cortes, sino en el pueblo que resulta burlado cuando la institucionalidad se pone al servicio de intereses que le son ajenos. Centrémonos por un momento en el Poder Judicial, ese que debió renovarse hace un año, luego de haber sido integrado mediante un pacto que hicieron Baldizón y Sinibaldi para armar Cortes amañadas que sirvieran de parapeto de impunidad. Llegó el fin de su mandato y las postuladoras fueron controladas por las mafias y Gustavo Alejos, desde su peculiar prisión, montó el tinglado para elegir Magistrados que asumieran el compromiso de garantizar impunidad. ¿Es de esa soberanía de la que habla la Fiscal General cuando responde al funcionario norteamericano?
¿O será que está hablando de la soberanía que ha usurpado el narcotráfico al influir masivamente en las elecciones, no sólo para controlar Municipios en cuyas jurisdicciones operan, sino colocando diputados en el Congreso de la República y estableciendo vínculos estrechos con muchos de los encargados de la defensa de la soberanía que son los responsables de la seguridad nacional?
La soberanía de la que habla la Fiscal General es la que debe radicar en el pueblo y cuando se violenta ese mandato constitucional es importante que se actúe para enderezar las cosas y no que simplemente se hable de soberanía como la chamarra que sirve para tapar porquerías.
Y los ciudadanos tenemos que abandonar la indolencia para asumir nosotros la soberanía que por mandato Constitucional nos corresponde.
