Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

He dicho en el pasado que las actuaciones del presidente Jimmy Morales respondían y lo siguen haciendo a sus necesidades y deseos de lograr tener impunidad por sus actos pasados y presentes; lo de la soberanía fue la paja del siglo. Cuando se dio cuenta que esos actos tenían consecuencias y ahí me refiero al caso del Registro de la Propiedad, Morales se convirtió en la mejor marioneta de los próceres de la impunidad de este país.

Pero en esto hay que asumir responsabilidades. Primero, debemos asumir nuestro error porque no supimos cómo ejercer una ciudadanía responsable que pusiera límite a los deseos de un dictador de la corrupción y la impunidad y entregamos un cheque en blanco solo porque algunos ilusos pensaron que “saliendo de Sandra y Baldizón, la cosa no es tan mala” y vaya si no.

Segundo, los que apoyaron al Presidente más faldero de Trump, ahora deben también asumir las consecuencias de lo que alentaron y todo porque no tuvieron ni la humildad, no digamos la entereza, de asumir sus responsabilidades por algo que no hicieron bien.

Yo he dicho que en el futuro sentirán los efectos de lo que hicieron porque cuando los mafiosos de otro tipo, que son más bélicos y no se tientan el alma, les lleguen a caer a sus cosas, no tendrán quién los defienda porque contribuyeron con los ataques para destruir la poca esperanza que había en la justicia. Su responsabilidad en esto es enorme porque terminaron de crear en Morales a un peligroso dictador.

Haber tolerado que Morales desoyera a la Corte de Constitucionalidad (CC) e incluso haberle arropado cuando quiso desaforar a los tres magistrados de la Corte que le paraban la mano, abrió la puerta para que en este bello pero sufrido país las cosas se hagan con la cultura de “me vale” porque no hay consecuencias.

Ahora hacen enorme sentido los atrasos que ha tenido el Ministerio Público en asuntos que, si los hacen o aceleran, perjudican a Morales. Consuelo Porras no le paró la mano al Presidente cumpliendo lo que pactaron al nombrarla y tiene su cuota de responsabilidad en este descalabro que dejarán como legado y que quieren agravar con lo del Tercer País Seguro.

Quedará, una vez más, en manos a la CC darle celeridad a los recursos planteados para impedir que el Presidente, con tal de salvarse de lo que pasó en aquel famoso almuerzo de la gallina con loroco y del hecho que van 19 avionetas que pasan como “Pedro por su casa”, se entregue a los brazos de Trump que necesita el tema de la migración como punta de lanza a su campaña porque ahora coludirse con los rusos no le será posible para lograr la reelección.

Lo que Morales hace no tiene nombre y se resume que él ha sido, es y será la personificación de la impunidad y duerme con la tranquilidad de que tiene a “su fiscal”.

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