FRANCISCO CÁCERES BARRIOS
caceresfra@gmail.com

Llevo tiempo de preguntar qué se hicieron los estadistas en Guatemala, sí, aquellos personajes que gozan de gran saber y experiencia en asuntos de Estado, es decir, quienes por sus capacidades no se limitan en analizar la situación actual por la que está atravesando el país, sino ven más allá. No solo para las próximas elecciones, sino en las futuras generaciones. Invito a los amables lectores a pensar y proponer soluciones sobre esta materia, para no seguir viendo cómo los diputados pierden valioso tiempo en pensar en qué hacer mafiosamente o cómo seguir hartándose sentados en su curul del hemiciclo parlamentario, dicho literalmente o percibiendo y gastando grandes cantidades de dinero inútilmente de los recursos públicos, además de percibir sinnúmero de canonjías que no se merecen o para que los partidos políticos que representan, si es que así pueden llamarse, puedan seguir detentando el poder político que actualmente ejercen para eliminar de nuestro Código Penal el financiamiento electoral ilícito, solo para citar un ejemplo.

Y digo lo anterior, pues resulta un total contrasentido que los que dicen ser legítimos representantes del pueblo, en vez de velar por sus derechos y prosperidad del mismo, se dedican a montar una estructura que permita seguir acomodando el corrupto modus operandi en nuestro país para perpetuar una élite que solo busca disfrutar de las mieles del poder, como lo ha venido haciendo al menos en los últimos cincuenta años. No, ni locos que estuviéramos debiéramos permitir que las futuras generaciones vayan a seguir eligiendo a las autoridades clave del país de la misma manera en que actualmente se está haciendo a través de las mentadas “comisiones de postulación” con el único fin de mantener el régimen de impunidad actual.

¿Seremos tan ingenuos los guatemaltecos en pensar que con solo elegir a un Fiscal General con las mismas características de la antecesora se van a resolver todos los problemas, carencias y necesidades que hoy nos afligen? ¿Seguiremos estando conformes con que el Presidente del Ejecutivo continúe perdiendo el tiempo de la misma manera que lo hacía su antecesor, celebrando eventos sociales, políticos o propagandísticos en todo el país y hasta en el extranjero, entregando escritorios a las escuelas que los debieran haber tenido en sus aulas desde el primer día de clases? ¿Alguien cree que las futuras generaciones podrán gozar de la indispensable aplicación pronta y eficaz de la justicia, con la clase actual de magistrados y jueces que se valoran según el calibre del cañonazo dinerario que estén dispuestos a aceptar, con tal de seguir viviendo con el mismo estatus de lujo, seguridad y tranquilidad de la actualidad? Insisto en preguntar: ¿en dónde están los estadistas?

Artículo anteriorCapitalismo, Socialismo y Comunismo
Artículo siguienteLa importancia de asumir responsabilidades