Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

Como lo expresaba en mi columna de la semana pasada, en nuestro país existe un enorme desconocimiento de los sistemas económicos que han existido y los que aún existen hoy día. Leo, tanto en columnas de Opinión, como en sus comentarios, y encuentro que las personas mezclan sistemas políticos con sistemas económicos como si fueran lo mismo y no lo son. Me voy a centrar el día de hoy en tratar de explicar cómo funcionan dichos sistemas.

Un sistema económico es básicamente la estructura de producción, distribución y consumo de bienes y servicios en una economía, así como la asignación de los recursos económicos dentro de la misma. Esta puede ser descentralizada, por ende atomizada, y delegada en cada uno de los habitantes de forma libre, como sucede en el sistema capitalista; centralizada y discrecional por uno o varios entes superiores que deciden e imponen qué se produce, quién lo produce y distribuye y quién lo consume, como sucede en el sistema comunista; y una mezcla de ambas, donde la mayoría de habitantes deciden libremente qué producir y cómo distribuirlo y consumirlo, aunque hay uno o varios entes superiores que tienen el control de bienes estratégicos como pueden ser los hidrocarburos, productos mineros o el agua, por ejemplo, y deciden quién puede producir esos bienes y cómo lo deben hacer, y a un sistema de ese tipo se le llama socialista. Obviamente por razones de espacio simplifico muchísimo la explicación de cada sistema económico, sin embargo a grandes rasgos funcionan como he descrito anteriormente.

Tanto el capitalismo como el comunismo en su sentido más estricto no existen en la realidad, son una utopía. Ningún país del mundo funciona ni ha funcionado bajo esos dos esquemas, ya que la ausencia de un ente regulador (llámese Estado) derivaría en anarquía entre los ciudadanos, mientras que un ente centralizador de todas las decisiones de asignación de recursos tendría un desconocimiento absoluto de las necesidades individuales, por lo que lo que produzca no va a ser lo que los ciudadanos necesiten, lo que lo destinaria al fracaso, como ya ocurrió con la difunta URSS y sus satélites. En el medio, sin embargo, se ubican todos los sistemas económicos de los distintos países del mundo, algunos con mayor tendencia hacia la libertad individual y otros hacia la planificación central, por lo que todos los países tienen en la práctica sistemas socialistas o mixtos. Algo importante que se debe destacar, es que el comunismo y el socialismo no son lo mismo, son sistemas muy distintos uno del otro. Aunque supuestamente el socialismo es un paso previo al comunismo, la realidad y la evidencia empírica son muy distintas, y nos demuestran que los países que consideramos socialistas, como los países escandinavos, Canadá, Alemania o Francia están muy lejos de adoptar sistemas económicos comunistas y tienen bases empresariales fuertes y las decisiones de asignación de recursos recaen, en su mayoría, en los individuos quienes eligen libremente cómo hacerlo y no en los entes centrales de planificación, o sea el Estado.

Y para terminar, lo que tenemos en Guatemala es un sistema económico mixto, con una fuerte orientación mercantilista, basada en el otorgamiento de privilegios a personas o a grupos. Y eso no es capitalismo, ni mucho menos.

Artículo anteriorMeritocracia II de II
Artículo siguiente¿Dónde están los estadistas?