Emilio Matta Saravia
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El día de ayer los medios de comunicación publicaron la noticia del surgimiento del Frente Ciudadano Contra la Corrupción, excelente iniciativa que viene a apuntalar la lucha contra este flagelo que tanto daño nos ha hecho como sociedad y como nación.

Aunque desconozco los detalles de su propuesta y de su plan de trabajo, el solo hecho de su formación y de su poder de convocatoria para unir bajo una misma bandera (la bandera de acabar con la corrupción) a un grupo tan heterogéneo, es una señal importante para un país que desea cambiar, y que este puede ser un vehículo importante para que el mismo se dé. Por lo que leí en los medios, se dieron cita en este lanzamiento miembros de la sociedad civil, periodistas, autoridades indígenas, empresarios y personas particulares, logrando dejar a un lado posturas e ideologías, para lograr un mismo común: apoyar al MP y a la CICIG en sus esfuerzos por combatir la corrupción, de tal suerte que este flagelo desaparezca de nuestro país y podamos construir sobre una base de respeto e igualdad ante la ley. Lo que en todo el mundo, menos en nuestros países, se conoce como Estado de derecho.

Ante este esfuerzo, en primer lugar quiero expresar mi más sincera felicitación y admiración a las personas que lo gestaron, trabajaron y pulieron. En segundo lugar, manifestar mi total apoyo a esta iniciativa; en lo que pueda contribuir a la misma, lo haré. En tercer lugar, la convicción de que se abre un espacio, un medio, para que las personas de a pie, que somos mayoría en este país, podamos apoyar y participar activamente en la lucha para acabar con la corrupción, ese gran mal que está incrustado hasta el tuétano en todas nuestras instituciones. Y por último, recordar que gran parte de nuestro fracaso como nación ha sido la incapacidad que hemos tenido de escuchar las opiniones de los demás, de lograr consensos mediante la discusión propositiva de ideas y la capacidad para hacer concesiones en vez de imposiciones, y el compromiso de honrar los acuerdos pactados, a pesar que signifiquen un sacrificio para todas las partes. A pesar que podamos tener diferencias en nuestra forma de pensar, en nuestras creencias, en nuestra forma de vida, tenemos que tener la capacidad de conceder y de dejar a un lado posturas intransigentes por un objetivo común.

Tenemos una oportunidad como nación ahora mismo para tomar la senda correcta, y ahora, con la formación de este Frente Ciudadano Contra la Corrupción, también tenemos un vehículo que nos ayudará a recorrer este camino. Un camino que no será fácil, que tendremos muchos obstáculos por delante y que tendremos que realizar muchos sacrificios como personas y como sociedad para avanzar en la dirección correcta. Sin embargo, mantengo mi fe y esperanza en que lograremos recorrer este camino, no sin esfuerzos gigantes. Y tengo la convicción de que, en un futuro, veremos hacia atrás y nos enorgulleceremos de haber tomado hoy, las decisiones correctas que brindarán a nuestros hijos un mejor país.

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