Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Así como es tan real que por el solo hecho de las investigaciones el país no va a cambiar, también es cierto que porque Álvaro Arzú haya logrado ya el control del Organismo Ejecutivo y Legislativo tampoco significa que se haya perdido la batalla.

Además de las investigaciones, necesitamos hacer los ajustes para que los vicios del sistema que no nos permiten un desarrollo económico para todos, en especial las mayorías menos privilegiadas, cambien si de verdad queremos empezar a construir ese país distinto.

Y a la alianza liderada por Arzú (que ha sabido explotar los miedos y rencores del presidente Jimmy Morales a la perfección), aún le falta copar el Organismo Judicial para que no avancen las acciones, el Ministerio Público (MP) para liquidar las investigaciones y la Contraloría General de Cuentas (CGC) para que no haya quien pueda levantar el dedo ante cualquier anomalía.

Van en ruta y eso lo podemos negar; lo del sábado fue un golpe bien dado y por ahora solo algunos pocos saben cuántas miles de razones usaron para lograr el objetivo, pero como dije anteriormente, la ventaja nunca será tanta si los de atrás corren bien y se unen para trabajar por un mejor país.

Por tanto, creo que ha llegado el momento de lamentar menos y actuar más. Se oye como una cantaleta trillada, pero la realidad es que necesitamos tener la capacidad de acordar esa agenda mínima que nos ayude a salir del atolladero y que pueda representar un verdadero frente de oposición a las maniobras que desde el Palacio de la Loba se están fraguando.

El tema ideológico es el que ha dominado el debate, pero lo que no miran los extremos es que si con radicalismos se resolviera el mundo, ya seríamos Suiza. Quienes desde la derecha apoyan los movimientos de los dueños y amos del sistema, no se dan cuenta que seguir en estas condiciones es apostarle a la ruta de los sobornos, los tráficos de influencias y la cooptación; quienes desde el otro extremo no han atinado a encontrar la agenda mínima, deberán entender que así no podremos romper los lastres que nos atan al subdesarrollo.

Lo del sábado no ofrece nada bueno para el país, pero si puede ser la “barrabasada” que muchos necesitaban para reaccionar, pues sé que si en este año no logramos (al menos) la elección de un buen fiscal general, normas electorales transitorias para abrir los espacios de participación y abrir los listados, nada bueno podemos esperar a futuro. Estos son solo dos temas clave, pero aún faltan cuestiones como el sistema de compras y rendición de cuentas, reformas al Sector Justicia, servicio civil, etc.

En este proceso siempre he dicho que todos debemos hacer ajustes. Hay quienes ven su ajuste en meterle más velocidad al tren que pretende derrumbar todo para volver al pasado porque se sienten acorralados por la justicia y otros debemos hacer el ajuste para trabajar más, alcanzar acuerdos derivados de escuchar más y mejor, no para que todo siga igual, sino al contrario, para que las cosas cambien.

Lo del sábado fue un palo, y duro, pero nunca un país ha pasado de la cooptación a la prosperidad transitando un camino lleno de rosas. La ruta es complicada, pero esta vez no podemos fallar.

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