Dr. Luis Fernando Cordón Morales
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Con 92 votos a favor, el pasado sábado fue electa la nueva Junta Directiva del Congreso de la República, misma que tomó posesión al día siguiente en medio de una oleada de críticas, comentarios y comunicados, donde destacó la declaración del recién nombrado presidente, quien afirmó la priorización de una agenda económica con leyes que fomenten el crecimiento económico y la generación de empleo.

Dicha postura resultaría positiva para el país si busca mejorar nuestra competitividad sobre reglas claras, equitativas y justas, pero si por el contrario, va dirigida a continuar o aumentar la protección de privilegios, limitando oportunidades y manteniendo un sistema que no beneficia a las mayorías, será un verdadero fiasco de trascendencia histórica y con responsabilidad de todos los diputados de esta legislatura, por acción o por omisión, ya que no tuvieron la capacidad o buena intención de ofrecer otra alternativa de planilla para la elección.

Ahora, la conformación de la referida Junta no parece alentadora a simple vista, pero del Congreso actual ¿podría existir alguna que si lo fuera? ¿Es diferente a la saliente? Siendo honestos, ninguna nos parecería sana ni mucho menos confortante, y es porque no existe confianza en la institución, por ello, mejorar o cambiar la percepción es el principal reto que tienen, el cual se logra únicamente con acciones, que es precisamente lo que la Embajada Americana pide respecto al compromiso de luchar contra la corrupción e impunidad.

El otro round ya está listo, y será la elección de Fiscal General, precisamente también este sábado se juramentó a los integrantes de la Comisión Postuladora quienes analizarán el perfil de los aspirantes, y como producto de un procedimiento público propondrán en nómina a seis candidatos para que el Presidente de la República nombre, a mitad de año, al nuevo Jefe del MP, por lo que debemos seguir de cerca este asunto derivado de los intereses en juego, principalmente, los relacionados en permanecer o tomar dicha institución. Posibles postulantes ya resuenan por todos lados, lamentablemente es más de lo mismo, es decir, con agendas que no son precisamente de beneficio directo para la mayoría de la población, que ha dañado tanto nuestro sistema de “justicia”.

También circuló por las redes sociales la supuesta destitución del Superintendente de Administración Tributaria, información que fue rápidamente rectificada por la misma vía, sin embargo, hay que tener presente que es una decisión que va suceder, y es porque así se lo exige la ley al Directorio de la SAT debido a que existió un incumplimiento de metas de recaudación y de eficiencia administrativa que son causales de remoción del funcionario, así ha sido siempre desde que se creó la SAT, pero él puede volver a postularse y ahora sí competir a través de un procedimiento de selección que mida conocimiento y capacidades, por lo que no debería postergarlo a través de acciones judiciales porque solamente desgastaría la institución, crearía más incertidumbre en el cumplidor tributario; consecuentemente, terminaría con afectar nuevamente el período fiscal y eso sí es más irresponsable.

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