Mario Alberto Carrera
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11 de enero
El año comienza agitado y meneado en los medios. El 11, en el diario de su copropiedad, mi querido colega Mario Antonio Sandoval (MAS), responde –ardoroso y casi iracundo- a ciertos comentarios que el cómico Presidente de la República hizo a la Prensa en general y que parece que concretó en la figura del vicepresidente de Prensa Libre, al decir “que hay un señor muy grande (…) que dice que la noticia mala se vende sola, pero que por la noticia buena hay que pagar”, palabras más o menos.
El enunciado del máximo cómico nacional está –analizada semiológicamente- constituida por dos o en dos tiempos. Aparentemente fue sobre todo el primero de ellos: el que se refiere a los carcamales, el que desató las cóleras del Zeus tonante de Guatevisión, “lo mejor que ves”, afirma inmodesto el eslogan.

Según la interpretación de MAS (director de la Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente de la Real Española, de la que soy su subdirector: la AGL) el clown presidencial –en tal frase: “señor muy grande”- lo rebaja, ¿lo difama?, lo subestima, con “estulticia”.

Dándoselas de muy letrado en el uso de cultismos y latinajos, MAS clasifica el ¿razonamiento? De Jimmy como de: “argumentum ad HÓNIMEN (sic). Yo, con mis cortos conocimientos de latín, creo que MAS ha pegado aquí un resbalón sin límites, dando flancos para que, si el oponente fuera más ¿culto?, instruido y versado en filología clásica, le diera una arrastrada de Padre y Señor nuestro. La forma correcta de escribir tal locución latina es: argumento ad HOMINEM, sin tilde en el idioma del Lacio, aunque en su traducción al español acaso pudiera llevarla.

¡En una sola palabra!, MAS comete tres faltas de ortografía por querer dárselas de manejar esa lengua muerta y viva en la Santa Sede.

Diariamente leo en la Prensa y oigo a los llamados presentadores escribir y/o decir horrores ortográficos y fonéticos y de prosodia. Nada digo porque no me gusta caer en el feo papel de terrorista de la lengua que asumía Aguado Andreut. Pero en este caso sí que debo llamar la atención de MAS y de quienes le corrigen sus “Catalejos”, porque aquí no se trata o se trataba de un gazapo pasable y sin relevancia, sino en el eje toral de la argumentación de MAS, puesto que MAS afirma que, con estulticia, el Presidente lo llamó viejito, empleando un “argumentum ad hónimen” (sic) descalificador. Pareciera como si los tiros les dispararan a las escopetas y que le salió el tiro por la culata.

Además (querido MAS), y salió en verso, vos y yo ya estamos viejos, de la tercera edad o muy mayores como dicen en España. Y ello debe darnos timbre de orgullo, al menos a mí que me siento capaz de competir con gallos más jóvenes: con el tallo verde y lozano. La próxima vez (pero esa humidad no la tenés) recurrí a mi asesoría. Yo cursé cuatro semestres de latín (Usac) y vos sólo raíces latinas, también conmigo, pero en la improvisada Landívar.

13 de enero
La abusiva ministra de RR.EE. citó a su despacho, al embajador del reino de Suecia excelentísimo Anders Kompass, para regañarlo, porque el diplomático dijo verdades (y ninguna mentira) sobre la corrupción en Guatemala.

Pobrecita señora que no sabe de la misa la media en temas diplomáticos. ¿Cómo se atreve a sermonear a tan alta figura internacional? “Limosnera y con garrote” la altanera “dama”, que hace como que no supiera que Suecia es uno de los países cooperantes que más ayuda da a Guatemala. Y no de ahora, sino de hace muchos años. Bueno, es “lógico”: si tenemos un clown de Presi, los ministros son sus payasitos titerescos y grotescos.

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