Rolando Alfaro Arellano

Trata bien a la tierra. No fue dada a ti por tus padres
te fue prestada para tus hijos.
Proverbio Keniano.
¡Dedicado a los Señores Embajadores Extranjeros!

Delito, según la doctrina del Derecho Criminal, es la infracción voluntaria de la ley penal, en consecuencia, mis estimados lectores podrán deducir como estaremos de infracciones y delitos en contra del entorno humano o ambiente en la actualidad.

En ese sentido, como afirma el pensamiento keniano, muchos connacionales quizás por falta de educación, creen que no existe contaminación en el país y, lo grave, es que tirios y troyanos, tendrán que pagar las consecuencias de sus fechorías que heredarán sus hijos.

Los piratas y delincuentes de moda, se han preocupado en llenar sus bolsillos de oro y plata, sin tan siquiera, meditar el latrocinio ambiental que a diario realizan.

Humo negro, ruidos ensordecedores, desechos sólidos confundidos en el agua, deforestación en lugares que deberían ser parques ecológicos como Petén, Tikal, Río Dulce, Zaculeu, y otros parajes.

A quién se le ocurrió ligar dos ramas del Derecho diferentes en los Tribunales, tal es los casos de Delitos de Narcoactividad y Delitos contra del Ambiente.

En consecuencia, les guste o no, tales delitos deben estar totalmente separados, pues tienen efectos mortales diferentes. Además, cada integrante de dichos tribunales, deben demostrar su especialidad, pues no es suficiente ser un juez de los nuevos y tener experiencia judicial.

Quienes se han acostumbrado a efectuar resoluciones festinadas, no solo castigan a las personas, sino al pueblo que tiene que sufrir esas irregularidades y crímenes posteriores.

Por lo tanto, dónde quedó la deforestación reciente de más de cuarenta árboles, en cercanías del monumento eucarístico, sin sancionar a los infractores, lo mismo que se espera las sanciones a los contaminadores de los cuerpos de agua, y a todos los Recursos Naturales.

Pregunto a los señores Rectores de las diversas universidades del país que cuentan con las carreras de Ciencias Jurídicas y Sociales, si las mismas poseen la especialización en Derecho Ambiental, o, no lo han contemplado. Y, lo peor de los casos, si tan siquiera sus programas de estudios contemplan los cursos de Derecho Ambiental, estimo que la respuesta será negativa.

Por otra parte, la República de Guatemala, no posee una legislación moderna al extremo que el resto de países de Centroamérica, ya nos rebasaron, especialmente en materia ambiental, los países hermanos de Centroamérica, también, gozan de una normativa moderna, por lo que los señores legisladores, les urge ponerse al día.

Lo anterior, diversos tratadistas lo han señalado, por ejemplo, como lo afirmara el Doctor en Derecho argentino Pedro Tarak, que la contaminación ambiental es lenta, pero produce la muerte de las personas como si se tratara de esos balazos que efectúa los delincuentes.

En consecuencia, en tanto no se vean reacciones positivas de quienes en la actualidad se encuentran en el Congreso de la República, discutiendo iniciativas blandas y a largo plazo tendremos que continuar con la misma y triste historia, de esperar que se legisle lo que tanto se viene solicitando a los obligados a modernizar nuestra pobre legislación.

Arrepentirse es estéril, aprender es útil.

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