Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Lo que se había anunciado ocurrió con lujo de nocturnidad. Al despertar, los guatemaltecos nos enteramos de la decisión del Presidente Morales de expulsar del país, vía la declaración de Non Grato, a Iván Velásquez, Comisionado Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, provocando reacciones en contra de distintos sectores que acuden ante la Corte de Constitucionalidad para frenar la arbitraria decisión que persigue obstruir el avance de la justicia en la causa penal contra el mismo Presidente.
Manfredo Marroquín dice que es un Golpe de Estado al sector justicia y tiene toda la razón porque la única y fehacientemente probada causa para hacerlo es que él mismo, el Presidente Morales, está bajo investigación y quiere detenerla confirmándonos a todos que lo de ni corrupto ni ladrón eran puras babosadas.
Creo que el Presidente dio un salto al vacío y que las consecuencias de lo que estamos viviendo son impredecibles. Antes que él Serrano hizo lo mismo y duró pocos días en el poder no sólo por la reacción de una buena parte de la ciudadanía sino por el asilamiento internacional que sufrió Guatemala.
Si el país es aislado por la comunidad internacional y llegamos a recibir sanciones, hasta los poderosos que empujaron a Morales le zafarán el respaldo, justamente como le pasó a Serrano que también había recibido apoyo de algunos poderes fácticos. Ya el Secretario General de la ONU se declaró shockeado por la decisión de Morales.
No hay marcha atrás en lo que empezó el Presidente y el futuro de la lucha contra la Corrupción está en su hora decisiva. Morales se propone acabarla para que siga el saqueo del país y habrá que ver si en Guatemala hay pueblo que repudie ese camino.
Creo que es indispensable respaldar a los grupos que repudian la obstrucción de la justicia que desde la misma presidencia se impulsa para acabar con la lucha contra la corrupción y a favor de la impunidad
