Carlos Soto Pineda

–“Vos parecés Socialista todo lo querés gratis y sin trabajar”…

–“¡Ya vas! eso es Comunismo… solo te pregunté si ya hiciste el ensayo que nos pidió el profe.”

–“Ya …pero mano, vos tenés que ser emprendedor, capitalista… esforzate en conseguir lo que querés… ¿qué me das si te doy copia?”

Eso lo oí de la plática de dos estudiantes de 14 o 15 años de edad, en el colegio de mi hijo, sentí pena, pensé ¿será que repiten lo que oyen de sus padres, o de las redes sociales o solo es ignorancia puberal?; no resistí y les dije “muchá disculpen lo shute, vayan a leer que es Socialismo y Comunismo, averigüen cuánto gana un diputado en Guatemala y cuánto “trabaja” en éste sistema Capitalista Democrático, si en su casa tienen «empleados domésticos» pregúntenles cuántas horas trabajan al día, a la semana, al mes –la ley dicta 8 horas diarias–, cuánto devengan por sus servicios mensualmente, si reciben prestaciones laborales, si tienen seguridad social… solo es un comentario muchá y como dice mi Mamá: hay que leer, analizar, entender, no solo repetir como loros”.

Ya es hora de refutar estos ejemplos de “reciclaje argumentativo” propio de la época McCarthysta, que no pudieron tener sociedad más fértil que la nuestra para su propagación y aceptación como «verdad religiosa», donde todo lo que lleve una connotación de justicia social o de la búsqueda de resolver situaciones de desigualdad de exclusión y buscar equidad sea calificada como Socialismo, Comunismo, o para estar más «in» Populismo donde se tiene que ser listo, pilas –detesto ese chapinismo– para ganar más con el mínimo esfuerzo, sacar partido del puesto o colocarse en una situación ventajosa para hacer “negocio”, lograr una “comisión” o –para ser política y socialmente correctos–, lograr una “donación”.

Cuantos SIGLOS de predominio del liberalismo, sus privilegios, y de la relativamente reciente aparición de las huestes libertarias que responden como grupos de choque fascistas a las instrucciones de sus patrocinadores o “patronos” de los que reciben el dinero producto de las coimas disfrazadas de donaciones, en pago a sus “servicios” de mercenario en esa especie de simbiosis criminal público-privada.

¿Qué vendrá después del remezón provocado por la develación de la estructura delincuencial integrada por prominentes “empresarios” de la construcción, exdirigentes de cámaras gremiales asociadas al Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF)?

NADA… sólo el reacomodo de la estructura empresarial criminal siguiendo con la premisa de:

“Si es rentable entrémosle, total el populacho aguanta”.

Un par de “cortinas de humo”, pedir que se aplique la pena de muerte… o “¿joven no desea donar esos diez quetzales de su vuelto para la Asociación Gloria de las Arenas Cívicas Nacionales?” Cash se los multiplique… ¿y si no? “socializamos las pérdidas y privatizamos las ganancias”… y que se asiente en el acta… NO es BROMA.

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