Juan Francisco Reyes López
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Los hombres tejen con sus actos y trabajo su destino. A partir de noviembre de 1968, mis padres y hermanas se fueron a vivir a New Orleans, Estados Unidos y yo asumí como gerente general del grupo empresarial familiar, pudiendo realizar la expansión del mismo al punto de desdoblar la empresa de transportes “J.F. Reyes” en tres empresas dedicadas específicamente a una área de transporte.

Una al transporte de materiales para construcción de carreteras y las otras dos al transporte de derivados de petróleo, una especializada en transportar productos de aviación, gasolinas y diésel y la otra dedicada al transporte de búnker, asfaltos y químicos industriales.

Adicionalmente y gracias a la comprensión de mis padres, le dediqué no  menos de tres horas diarias a las actividades de dirigencia empresarial.

Al estar en las juntas directivas de la Cámara de Comercio, CACIF y Asociación de Amigos del País me trajo las vivencias, la experiencia de compartir esas sesiones con personas como Juan Miguel Torrebiarte, actual presidente del Banco Industrial; Enrique Novela Alvarado, expresidente de Cementos Progreso, quien lamentablemente muriera en un accidente en el avión que piloteaba Sergio Paiz.

También en Amigos del País compartí directiva con Jorge Serrano, posteriormente Presidente de la República, durante el periodo 1991-1993; y con el activísimo industrial, banquero y agricultor, Juan Maegli; así como con Francisco Pérez de Antón, conocido escritor, quien en esas épocas era directivo del grupo de Multi Inversiones, lo cual sin duda alguna nutrió mi experiencia y me permitió también ver cómo algunos empresarios maniobraban para lograr leyes proteccionistas y me preparó, sin darme cuenta, para continuar mi avance en el camino de la política nacional guatemalteca.

Así me encontraba cuando se produjo el rompimiento de gobierno que impidió que un nuevo exministro de la Defensa, el general Guevara se convirtiera en Presidente de la República, circunstancia que llevó a Guatemala a estar regida temporalmente por un triunvirato de gobierno que encabezaba el general José Efraín Ríos Montt, el general Shaad y el coronel Francisco Gordillo. Éste último era mi conocido por ser ambos subtenientes en la segunda zona militar cuando yo estuve de alta en la misma.

Fue en ese momento que la junta directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, en una audiencia que sostuviera con el jefe de gobierno general Ríos Montt, le explicara la difícil situación en que se encontraba el Seguro Social.

El general Ríos Montt nos preguntó cuál era la opinión de la junta directiva del IGSS para resolver su problemática, a lo que todos los miembros respondimos que la primera medida era nombrar un gerente que fuera administrativamente experimentado, eficiente, honrado y dedicado y no continuar nombrando como gerentes a médicos que fueran de confianza del presidente, pero que no tenían las características necesarias para administrar.

Ante el planteamiento señalado, el general Ríos Montt de inmediato nos preguntó a quién proponíamos como gerente y ante mi sorpresa todos los miembros de la junta directiva, salvo mi persona, indicaron que consideraban que yo debía ser el gerente de la institución.

¡Guatemala es primero!
Continuará…

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