Mamerto Reyes Hernández
Economista agrícola

Hace unos días conocí la boleta que el personal del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, (MAGA), está empleando para levantar el censo de beneficiarios de los programas de este ministerio. Esta trae los logotipos del MAGA y del Instituto Nacional de Estadística (INE) y por su título: «Censo para el registro y tipificación de familias que participan en agricultura familiar», se me ocurrió que se trataba de un fuerte estudio de caracterización de las familias rurales que obtienen su sustento en la práctica de la agricultura y que le permitiría al MAGA hacer una tipificación clara de sus beneficiarios, para ya no usar la tipología obsoleta que dicen emplear en la actualidad y que la forman categorías tan vacías como INFRASUBSISTENCIA, SUBSISTENCIA, EXCEDENTARIO, COMERCIAL.

Una tipificación útil no se construye con uno de sus resultados como se hace con esta que usa la capacidad de la finca para satisfacer los requerimientos alimentarios, ¿por qué?, por lo imposible de usarla para identificar a los beneficiarios. Imagínese usted como extensionista preguntándole a un productor en el campo: ¿De cuál tipo de productor es usted?

Cuando se tipifican beneficiarios o clientes, para evitar este problema, luego de preparar la tipología se debe disponer de un conjunto pequeño de variables que permita identificar con claridad a cada tipo de beneficiario. Estas variables se denominan «variables discriminantes» y nada tienen que ver con discriminación, su nombre les viene del análisis discriminante, una técnica de análisis multivariado que se usa para validar tipificaciones realizadas con otras técnicas para identificar grupos, como componentes principales, análisis de factores o análisis de conglomerados.

Volviendo con la boleta del censo de beneficiarios que actualmente están levantando, me encontré que trae incisos para obtener información sobre la familia y sus miembros, digamos con suficientes detalles, pero que no tiene suficiente espacio dedicado a la agricultura. Preguntan sobre las formas de tenencia de la tierra y de manera general sobre su uso y la producción obtenida, pero nada sobre el empleo de insumos, agricultura de traspatio y de plantas y árboles dispersos y del componente pecuario (especializado y de traspatio).

Debe saberse que la producción de traspatio y de frutales en matas y árboles dispersos, cobra mayor importancia en la medida que las familias tienen menor acceso a los recursos para producir. Para las familias más pobres entre los pobres, la venta de huevos, aves, aguacates, naranjas, limones, gradillas, mangos, güisquiles, etc., constituyen la principal fuente de dinero en efectivo del hogar o tal vez la única proveniente de la agricultura, ya que los cultivos de maíz y frijol, que requieren mayor tiempo de trabajo e insumos, son para autoconsumo. Por otro lado, este ingreso resulta del trabajo de la madre y los niños y es la principal fuente con la que se financia la alimentación, nutrición, salud y educación de los niños: el capital humano con el que la familia contribuye con la sociedad nacional.

Hace algunos años publicamos un artículo en la Revista Tikalia de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos, titulado «Clasificación de fincas para apoyar objetivos de desarrollo y otras intervenciones para poblaciones rurales: Una propuesta metodológica», en donde se indica que «de manera general, las variables a emplear en la clasificación de fincas deben proveer una descripción general de las unidades de producción, los agricultores y sus familias y el ambiente donde operan», … «por otra parte, otras variables deben permitir identificar los atributos que se busca medir para el logro de los objetivos específicos, tales como temas de seguridad alimentaria y nutricional, cambio tecnológico, comercialización, crédito, organización de productores, consumo de leña y combustibles usados en el hogar y otros tópicos específicos», cosas que como se ve, la boleta que está usando el MAGA no tiene y no permitirá hacer.

Por otro lado, me pregunto por qué tiene que ser un censo y por qué el personal del MAGA debe hacer el levantamiento de la información. Por qué mejor no usar una muestra, digamos la usada por el INE para la encuesta de granos básicos y algo mejor, por qué no fue el INE el responsable de levantar la información, lo cual se hubiese podido hacer con la misma encuesta de granos básicos.

Finalmente, me queda la impresión que con este censo lo que están buscando es hacer un directorio de familias y no un estudio de tipificación de beneficiarios. Lo cual me suena a algo político, no en el sentido de la política pública sino de política como ciencia del poder y por lo mismo, los usos que le den a este directorio no busquen beneficiar a las familias que lo forman, sino al contrario, sacar provecho de ellas.

Artículo anteriorPeras al olmo
Artículo siguienteUn error en el que se suele caer, en el marco de la democracia